Hace unas semanas llegamos a Bahía Concha en el Parque Tayrona con el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible a visitar las guarderías de coral, ¿has visto una alguna vez? Estas son utilizadas para cultivar nuevos corales que luego son trasplantados a los arrecifes. Están compuestas por pequeñas pirámides que contienen varios fragmentos de coral y son incrustadas en una especie de mesa que se ubica bajo el mar. Ahí van creciendo y recibiendo los cuidados necesarios, hasta que, al alcanzar el tamaño adecuado, son trasplantados a los arrecifes para dar lugar a nuevos corales que le devuelven la vida a este ecosistema.

Esta es una de las técnicas con la cual el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible en cabeza del Ministro Carlos Correa logró liderar la siembra de casi 400.000 corales, haciéndole frente a su grave afectación. Aunque a veces se confunden con plantas, vale la pena aclarar que los arrecifes de coral son organismos coloniales del reino animal que albergan el 25% de las especies marinas y ayudan a proteger las costas, evitando la erosión al disminuir la fuerza del oleaje. Muchas comunidades que habitan en las zonas costeras dependen de este ecosistema para su seguridad alimentaria, así como para su sustento a partir del turismo que atraen dichos arrecifes y las playas que estos protegen.

Lo más interesante es que este proyecto llamado Un Millón de Corales por Colombia, ha generado empleo en las comunidades locales, una mayor conciencia sobre la importancia de su conservación y el aprendizaje de técnicas para la restauración, ya que bajo un esquema de pago por servicios ambientales se conforma una brigada de jardineros locales y después de una capacitación en jardinería a gran escala, y bajo la supervisión y coordinación de la autoridad competente, realizan toda la labor de cultivo y trasplante. 

Este es solo uno de los grandes logros de este ministerio en donde he tenido la oportunidad de trabajar, el cual alcanzó importantes metas como la restauración de 300 mil hectáreas, la siembra de más de 140 mil millones de árboles y romper la tendencia creciente de la deforestación reduciéndola en un 30% de la mano con las comunidades. Se doblaron las áreas marinas protegidas al 33% en tan solo un año. Se fortaleció la educación ambiental a través de la creación de la escuela de educación ambiental Savia, llegando a más de 40.000 personas. Más de 800 empresas firmaron el acuerdo de carbono neutralidad para reducir sus emisiones al año 2030. Se creó el modelo de Biodiverciudades, consolidándose como referente mundial, se dejaron instrumentos financieros como Herencia Colombia con 245 millones de dólares, provenientes de cooperantes y de la nación, y un importante posicionamiento internacional.

Pero su principal logro fue movilizar, articular y trabajar de la mano del sector público, privado, academia, organizaciones de cooperación internacional, comunidades, niños, jóvenes y desde las regiones, para desarrollar los beneficios que puede traer al país ser el segundo con mayor biodiversidad del mundo, entendiendo que la conservación y restauración ambiental son oportunidades para el desarrollo social, y que las transformaciones sociales sólo son posibles cuando los diferentes estamentos de la sociedad las implementan y apropian.

Un sinnúmero de retos quedan sin duda alguna, es fundamental que el próximo gobierno y los gobiernos locales construyan sobre lo construido y prioricen la agenda ambiental desde el punto de vista del desarrollo económico y social de las comunidades y del país.

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@DCepedaTarud