Hemos iniciado una nueva etapa de la pandemia, llegó el momento de aprender a vivir responsablemente con ella y comenzar a sanar entre todos las heridas que esta nos ha dejado. La reactivación económica con protocolos de bioseguridad es solo uno de los retos en los que debemos trabajar unidos. La recuperación de la salud mental, el fortalecimiento del sentido de comunidad, de la cultura ciudadana y de la calidad de vida de los barranquilleros y atlanticenses nos ayudarán a superar la actual situación y proyectar nuestra ciudad y departamento hacía un futuro próspero. Para lograrlo contamos con importantes recursos que hacen parte de nuestro ADN: la cultura y la creatividad.
Leer, pintar, bailar, escuchar música, entre otras actividades culturales y creativas fueron el salvavidas para muchos durante el confinamiento. Estas actividades nos permitieron llegar a lugares y sentir sensaciones de las que la pandemia nos intentó separar. Nos permitían mantener el alma vibrante y feliz, viviendo más allá de las cuatro paredes, así fuera por unas cuantas horas. Así como la cultura y la creatividad nos ayudaron en esos momentos, me atrevo a decir que son unas de las herramientas más poderosas para la reactivación porque nos permitirán sanar heridas económicas, mentales, espirituales y sociales. Por lo tanto, deberían jugar un papel protagónico en esta nueva etapa.
Primero, para las estrategias de recuperación de salud mental que implementará el sector público, el empresariado y el sector educativo, el arte puede jugar un papel fundamental. Un estudio publicado el año pasado por la OMS afirma, a partir de la revisión de 900 investigaciones relacionadas con las artes y el bienestar, que procesos artísticos como la terapia musical y el baile pueden ayudar a reducir la ansiedad y la depresión. De hecho, la Estrategia para la Promoción de la Salud Mental en Colombia incluye programas alineados con estos hallazgos.
Segundo, la pandemia nos mostró que cuando trabajamos unidos por un mismo objetivo logramos lo inimaginable, evidenciando la importancia de fortalecer la cultura ciudadana como ese motor que nos moviliza a dirigir nuestros comportamientos y acciones hacia las metas de ciudad, participando activamente en su construcción. El punto de partida es el sentido de pertenencia para el cual el fortalecimiento de nuestra identidad cultural juega un papel fundamental.
Tercero, para la reactivación económica y el reto del Plan Distrital de Desarrollo de una ciudad atractiva y próspera, el concepto de ciudad creativa nos encamina a crear condiciones que promuevan, estimulen y potencialicen la creatividad en los ciudadanos, atraigan talento, turismo y fortalezcan las industrias culturales y creativas. Entre los ejemplos de proyectos locales dirigidos en esta dirección está la recuperación del Centro Histórico que adelanta la Alcaldía, ubicando la cultura en el centro del desarrollo urbano, y Atlanticonnect, una organización público privada que busca articular el ecosistema de innovación y de emprendimiento.
Estos tres objetivos tienen algo en común, no son responsabilidad de ningún estamento en particular, sino de todos. Por lo tanto, requieren que cada uno de los sectores se comprometa activamente, trabajando articuladamente y haciéndolo a partir de lo que somos, de lo que nos caracteriza y nos mueve: la cultura y la creatividad, que aún en tiempos de crisis es una llama que arde viva en nuestros corazones y tiene el poder de sanar heridas.
Daniela@cepedatarud.com
@DCepedaTarud