El próximo 20 de diciembre se inaugurará el nuevo Puente Pumarejo con la presencia del presidente Ivan Duque y directivos de la firma Sacyr Construcciones S.A., encargada de la ejecución del proyecto.
Muchos se preguntan por qué se hizo algo de tanta magnitud y voy a contarles algunas razones, que considero importantes, para la toma de esa decisión; pero antes quiero mencionarles algunas características de esta superestructura, datos que no debemos olvidar para tener claro de qué estamos hablando. El nuevo Puente Pumarejo, ubicado entre los departamentos de Atlántico y Magdalena, es actualmente la obra pública de mayor envergadura del país. Su costo final estará en el orden de los 800.000 millones de pesos. Reemplazará al actual puente, el cual supone un obstáculo para la circulación de grandes navíos, al tener, el nuevo, un gálibo vertical de navegación de 45 metros, e igualmente mejorará la capacidad de la principal vía del norte del país. La longitud total es de mas de 3 kilómetros, incluidos los ramales, su tablero tiene un ancho de 38 metros, superando el ancho del puente de Brooklyn en Nueva York cuyo ancho son 26 metros, donde podrá alojar hasta 3 carriles por sentido habilitados al tráfico vehicular, más un carril para bicicletas y un andén peatonal en cada sentido. Para su ejecución se han utilizado 180.000 m3 de concreto equivalente a llenar 60 piscinas olímpicas y 33.000 toneladas de acero equivalente al que se utilizaría para construir 5 torres Eiffel. El puente está soportado sobre 12.000 metros lineales de pilotes cuyo diámetro es en promedio de 2.8 metros y se encuentran a una profundidad de 60 metros. Por todas las anteriores razones esta obra es un hito sin precedentes para la ciudad. Ahora bien, un puente de esta magnitud, y que habilita el tránsito de navíos de mayor envergadura por debajo de él, sin duda nos pone a soñar en cómo desarrollar la navegabilidad aguas arriba del río Magdalena, aunado a esto las inversiones que vienen en el mediano plazo en el Canal del Dique permitirán conectarnos mejor con Cartagena; no está de más recordar que esta estructura tiene una vida útil de no menos de 100 años. Otra razón, que justifica esta obra, es el tener una óptima conexión entre Cartagena y Santa Marta, vía en la cual se han realizado, entre otras, la doble calzada Cartagena Barranquilla, la doble calzada Ciénaga Santa Marta y este nuevo Puente Pumarejo. Otras nos faltan, como son los cerca de 50 kilómetros centrales en la vía a Cartagena y la imperiosa necesidad de contar con una doble calzada desde Barranquilla hasta Ciénaga. Sabemos que más temprano que tarde estos proyectos se ejecutarán; no me cabe duda que mi querida ministra Angela María Orozco piensa permanentemente en esta necesidad, pero también conozco de su sinceridad para no comprometerse ante un marco fiscal complejo y cuya solución no está en sus manos.
Por lo pronto aprovechemos este regalo a nuestra ciudad, que ha llegado en una buena época como es la navidad.
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