Hoy día nos encontramos en una gran encrucijada, no es claro el panorama de las nuevas energías, estás tienen muchas limitantes entre las que están: los minerales para su fabricación que son recursos finitos, su reducida confiabilidad por depender del clima en épocas donde este cambia mucho más rápido, además, de tecnologías que solo manejan algunos países potencias en estos energéticos.
Pero, hay un problema operativo gigante, la entrada de nueva potencia instalada de energía no convencional en el mundo no avanza al mismo nivel que el aumento de la demanda de energía (por eso aún escuchamos que se está aún produciendo cada vez más petróleo, carbón y gas en el mundo), esto hace que no se vea fácil hacer transición energética y no sea fácil reemplazar los combustibles fósiles precisamente porque aún ni siquiera somos capaces de alimentar la demanda creciente mucho menos reemplazar la ya existente.
Todavía me surgen más dudas cuando vemos datos en Alemania donde las ventas de vehículos eléctricos disminuyen y pierden el entusiasmo de la gente, es decir, se ve complejo el panorama de la reducción del consumo de combustibles fósiles del sector transporte, el cual es uno de los grandes consumidores de este tipo de energía.
Por otro lado aparece el hidrógeno como una gran salvación para el planeta, sin embargo, no todas las formas de producción de hidrógeno son aceptadas por sus orígenes, lo que solo nos queda el hidrógeno verde el cual energéticamente con las tecnologías actuales es negativo (gasto más energía en la electrólisis que la energía que me genera el hidrógeno per sé) y el hidrógeno blanco, el cual, todavía no tenemos claro su criterios de exploración, su forma de acumulación y si es posible extraerlo de manera económica a gran escala, es una tecnología que aún le falta mucho desarrollo (décadas), aunque claramente se ve muy promisoria.
Lo anteriormente mencionado, es con los escenarios actuales donde todos los países pujan por la transición, sin embargo, en un escenario de desacelerar la inversión en nuevos energéticos como es el caso del informe de proyección de Wood Mackenzie, donde USA proyectaba inversión de 11.8 trillones de dólares a 2050 y que con un eventual cambio de gobierno puede reducir hasta un 55% de ese valor, lo que extendería aún más el uso de combustibles fósiles porque no se tiene aún capacidad para reemplazar la matriz y además, no logramos suplir la nueva demanda.
Finalmente, la preocupación y así mismo el análisis debe ser más rigurosos, en vez de andar peleando poderes en el país internamente (como los países tercer mundista), deberíamos estar leyendo los mensajes mundiales en su totalidad y movernos de manera inteligente en la geopolítica de la transición, propendiendo más por la seguridad energética de nosotros los colombianos y menos por las románticos e imaginativos discursos europeos.
Director Observatorio de Transición Energética del Caribe OTEC de la Universidad Areandina.