En un desafortunado discurso el presidente de nuestro país pronunció la siguiente frase “Cuando se habla de extraer, ahí no se habla de mucho trabajo. Extraer lo que ya está debajo de la tierra: llámese carbón, llámese petróleo, llámese oro, llámese níquel. Para extraer prácticamente no se necesita ni el cerebro. Una palanca y un tubo, y otro tubo arrastra el petróleo y llega al barco y adiós”. Un mensaje que exalta la división, el odio entre colombianos y denigra a los profesionales del sector.

Sin embargo, he recibido varios comentarios de amigos incluso colegas del gremio que intentan defender su discurso y darle interpretaciones. Mencionan que Petro se refiere a que el sector minero energético no genera valor agregado, sino que solo se queda en la exportación de la materia prima. Aunque no estoy de acuerdo con las palabras de Petro, les doy la razón, efectivamente el sector que extrae minerales e hidrocarburos no produce un equipo tecnológico ni entrega un producto final después de un encadenamiento industrial.

El gran problema es que el 99% de las empresas que extraen materia prima en el mundo solo se dedican a eso, porque son otras las empresas las que le van dando forma a la materia prima, es decir, existen empresas que compran esa materia prima para hacer un subproducto y venderlo a otro que crea otro subproducto y así en cadena hasta desarrollar un producto final. Esto significa que la responsabilidad no radica en las empresas que extraen, sino en la capacidad de un país para ejercer su desarrollo industrial.

En ese sentido, industrializar al país requiere de muchísima inversión, de reglas jurídicas claras y constantes que no cambie cada vez que cambie el presidente, reglas fiscales claras, seguridad física de grupos al margen de la ley, materia prima disponible en el país, vías de acceso, facilidades de transporte, salir a vender el país por el mundo como un gran sitio para invertir e industrializar y sobre todo, muchísima energía de respaldo que sea confiable y pagable.

Pero, cuando revisamos el Conpes de reindustrialización, con la esperanza que el discurso de Petro, aunque ofensivo sea efectivo, nos damos cuenta que es un Conpes tercer mundista, no es para reindustrializar un país. Enfoca todas sus energías a la descarbonización (no de manera tecnológica sino desincentivando la producción de combustibles fósiles), a las economías locales y a la minería pequeña o ancestral, Así no se desarrolló Alemania o la unión europea. Si usted señor presidente cree que, con la economía popular, la minería ancestral, dejar de producir hidrocarburos y campesinos a punta de pico y pala va a industrializar un país, apague y vámonos.

Usted debe entender que sin tecnología no somos competitivos, por eso, cuando el país se abre al libre comercio los campesinos se quiebran, porque somos tan rudimentarios que producir en Colombia nos cuesta más que en otro país que incluso debe pagar costos de transporte y otros aranceles.

Director Observatorio de la Transición Energética del Caribe – OTEC. Universidad del Área Andina.