En un reciente informe del CIRCE - de la Universidad de Zaragoza titulado “Minerales para la transición energética y digital en España”, concluyen que bajo ciertos escenarios podrían suplir hasta un 67% de los minerales necesarios en la transición energética con el reciclaje, asimismo, reducir en promedio el 49% de la extracción mineral primaria y reducir la demanda de minerales metálicos promedio en 34% y metales clave como el litio en 50%.
El informe está muy bien documentado y a mi parecer aplica muy bien para las condiciones y las capacidades de España. Sin embargo, al analizar los factores evaluados pero aplicados a Colombia, nos vemos en unas desventajas gigantes que no permiten en el corto o mediano plazo aplicar las recomendaciones propuestas en el informe.
De las que llaman mucho la atención es reducir la demanda de minerales con el cambio de modelo de movilidad, reduciendo los vehículos privados en circulación y se priorice el transporte público y eléctrico. Para hacer ese cambio de modelo debemos ver nuestra situación actual: si hablamos de las zonas urbanas, nuestras ciudades tienen un pésimo transporte público, nuestra capital, Bogotá, no tiene metro, las ciudades principales tienen sistemas integrados de transporte, pero muy ineficientes y limitados, para el resto de ciudades del país lo consume el transporte ilegal y el mototaxismo por la misma falta de facilidades en movilidad para la ciudadanía. En lo rural, tenemos cosas por resolver como vías en pésimo estado y zonas del país de difícil acceso vial, incluso zonas sin conectividad eléctrica lo que dificulta la infraestructura de recarga. Además, en Colombia no es fácil comprar un vehículo eléctrico, cuesta el más económico alrededor de 60 veces el sueldo de alguien estrato medio.
Otro punto interesante es hacer minería urbana que permita suplir las necesidades minerales de la transición, esto es reciclar metales. Claramente, en Colombia solo tenemos una separación física de algunos metales, no tenemos reciclaje de equipos tecnológicos, peor aún ni siquiera una industria metalúrgica para separar, aunque lo más complejo, es que si te acercas a un relleno sanitario logras ver toneladas de materiales reciclables, es decir, desde casa no hacemos esa pequeña tarea (sin cultura es aún más difícil).
Admiro todo el trabajo de Alicia Valero, Martín Lallana y Jorge Torrubia del CIRCE sobre todo por poner datos contundentes, pero me preocupa que Colombia de cierta forma ha intentado que sus políticas sean una copia casi directa de las políticas internacionales en cuanto a la transición sin tener en cuenta que somos un país con unas complicaciones sociales y económicas demasiado profundas. Por eso aliento a todos aquellos profesionales que tomemos la información internacional, pero la aterricemos a las condiciones de Colombia. Debemos ir a nuestro ritmo y nuestras capacidades socioeconómicas, como dice mi amigo Amylkar Acosta, debemos hacer una transición energética a la Colombiana.
Profesor Facultad De Ingenierías
Universidad Del Area Ándina – Sede Valledupar