Las notorias y claras diferencias entre países para alcanzar al menos una respuesta digna, eficiente y significativa, a los grandes problemas de la salud mundial han quedado una vez más al descubierto con la pandemia de la covid-19. Ningún país estaba preparado para enfrentarla, las grandes potencias mostraron también grandes debilidades, a pesar de contar con presupuestos que sobrepasan a los países en desarrollo, y peor, a los de pobres situaciones socioeconómicas.
Las enfermedades infecciosas, no solamente el Sars-Cov-2, virus que ocasiona la pandemia actual, sino otras, como la producida por el Virus de inmunodeficiencia adquirida, causal del SIDA, las hepatitis, el dengue, la tuberculosis, la fiebre amarilla, a las que se suman una gran cantidad de enfermedades, son consideradas en forma global entre las 10 causas más principales de defunción.
Con el descubrimiento de las medidas, elementos, estrategias, y finalmente, herramientas para derrotar la covid-19, como la vacunación, los nuevos medicamentos y el manejo cada vez más sofisticado de la tecnología científica, y el apoyo de la inteligencia artificial, han permitido un mejor enfrentamiento a la catástrofe que vivimos, con un alto sacrificio de la clase trabajadora de la salud.
Empiezan a mezclarse otras infecciones, como las ocasionadas por otros virus de afectación respiratoria, el de la influenza, el resfriado común, el virus respiratorio sincicial, que afecta más a grupos infantiles, y otras enfermedades tropicales como el dengue. La dificultad para la diferenciación clínica, por presentarse con manifestaciones clínicas similares, como fiebre, escalofríos, tos, dolor de garganta, dolores generalizados y deterioro del estado general, cansancio o fatiga, representan un reto para el manejo médico que debe utilizar los medios diagnósticos precisos, y conocer su interpretación. Cada vez siguen siendo más útiles los medios tecnológicos avanzados como la telemedicina, con la realización de consultas virtuales, y apoyos de medios diagnósticos que pueden revisarse simultáneamente con el paciente.
La demora en la atención de los pacientes, y su difícil acceso, a la atención por personal con entrenamiento en enfermedades infecciosas, es una de las causas, que hay que mejorar en el controvertido sistema de salud actual. Los medios diagnósticos, en algunas ocasiones son restringidos, y al final, los pacientes solo reciben un tratamiento puramente sintomático, que puede no ser suficiente, exponiendo a los pacientes a una evolución complicada, en la que el retraso en la atención permite complicaciones mayores, requiriéndose hospitalización, que desborda los centros de urgencias, y en general, la capacidad de las instituciones de salud, como se ha visto durante la pandemia actual con la covid-19. La falta de utilización de una medicina preventiva actual, solamente lograda cuando se cuente con una mejor organización, atención ambulatoria efectiva, que cuente con un personal debidamente preparado, ayudas diagnósticas, medicamentos y apoyos necesarios, debe ser reorganizado seriamente con celeridad, contando con el apoyo de las instituciones educativas, que al mismo tiempo que ayuden a mejorar la calidad de atención de los pacientes, tendrían la posibilidad de darle un entrenamiento con mayor calidad a sus estudiantes, ayudando a prestar servicios de calidad que beneficien a la comunidad, y enfrentando así mejor la llegada de enfermedades con manifestaciones similares que complican a los pacientes.