El virus Sars-Cov-2, responsable de la pandemia de la covid-19, llegó para quedarse, solo necesitó que hubiera una población de humanos, y algunas otras especies de animales, en donde también puede desarrollarse, cuya importancia todavía está siendo valorada. El número de contagios inicialmente en descenso, al igual que las muertes ocasionadas o relacionadas, en los últimos tres meses parecía marcar su final, pero a partir de la tercera semana de marzo del presente año nuevamente se ha aumentado, según la Organización Mundial de la Salud, con un incremento de un 43 %, en algunos países de la región de las Américas, Chile y Estados Unidos, principalmente, informándose al mismo tiempo unos diez millones de casos y unas 45 mil defunciones en otras seis regiones. Como viene dándose en el Reino Unido, China, Hong-Kong, con severas alteraciones en el transporte de pasajeros, al confirmarse la presencia de nuevas cepas recombinantes del virus, variantes del Ómicron BA. 2 y la XE, las cuales, aunque con un crecimiento mayor que las demás, no han sido informadas como más agresivas.

La partida del Sars-Cov-2 no se ha dado, y continúa replicándose aun en personas con altos niveles de vacunación, por ahora sus complicaciones han sido de menor impacto en la forma aguda, con menos hospitalizaciones, pero por conocerse sus futuras repercusiones, hasta ahora evidenciadas en un grupo importante de personas contagiadas.

Las recomendaciones ante la nueva etapa en la que nos movemos con la covid-19, deben ser dirigidas hacia una buena vigilancia de los contagios, con protección de todos aquellos grupos en los que las complicaciones han sido más frecuentes, tercera edad, poblaciones con obesidad, hipertensión arterial, cáncer, o con disminución de defensas, o en tratamiento con medicamentos que reducen las defensas, quimioterapias, corticoides, y otros.

“Las nuevas variantes de covid-19 nos han cambiado las reglas del juego y no bastará con las vacunas. Necesitamos máxima supresión global” (OMS).

No estaremos a salvo de la covid-19 hasta que todo el mundo lo esté, para esto tenemos que reducir la aparición y propagación de nuevas variantes. El riesgo con las nuevas variantes es que estas puedan superar la inmunidad o protección conseguida con las vacunas o infecciones anteriores. Esto no será fácil porque muchos países no tienen la capacidad para detectar rápidamente, mediante los estudios genéticos virales, las variantes emergentes. La situación podría empeorar si los nuevos virus son no solamente más contagiosos, sino mayormente agresivos.

Al aumento de la vacunación hay que sumarle la continuación de la vigilancia de laboratorios para lograr detectar y conocer las nuevas cepas o variantes emergentes en la mayor cantidad de países. Trabajar por mejorar la calidad de las vacunas, y su tiempo de protección con la adición necesaria de otras dosis.

Insistir en la necesidad de continuar con las medidas de salud pública de autocuidado, mascarillas en sitios cerrados, con la realización de reuniones en sitios abiertos con mayor circulación de aire en el ambiente.

Aprovechando la situación actual de un menor número de casos, respiro epidemiológico, se debe continuar con la educación, protección, y preparación del personal de salud y las instituciones destinadas para la atención de casos sospechosos.

Necesitamos analizar lo acontecido con la pandemia, para aplicar verdaderos cambios conductuales, ambientales, sociales, desarrollando mejores sistemas de ventilación, respeto al distanciamiento interpersonal, juntamente con un permanente y eficaz sistema de búsqueda, rastreo, aislamiento, y apoyo a los nuevos casos, con el conocimiento constante de lo que sucede en la epidemiología mundial.