Si la mayor mortalidad por la Covid-19, está en las personas de la tercera edad, esto no es menos cierto para la población que no tiene Covid. No hay una evidencia, que muestre la debilidad de los mayores al virus, de otra parte hemos visto pacientes con edades avanzadas que se recuperan, y jóvenes que se complican o se mueren. Otros factores o enfermedades relacionados con el envejecimiento están asociados.
El Dane informó recientemente, que por cada 100 personas fallecidas a causa del Covid-19, cerca de 85 tenían entre 55 y 90 años de edad, lo que significa que este grupo de personas agrupan el 84,4% del total de fallecimientos por Covid-19 confirmado y el 80,9% de fallecimientos por Covid-19 sospechoso. En el Atlántico la tasa de mortalidad por Covid-19 sospechoso corresponde a 38,3 casos por 100 mil habitantes, la más alta del país.
Según el Informe de Minsalud, junio 23 de 2020, "La estimación del exceso de mortalidad muestra si hay aumento de la mortalidad, ya sea por COVID-19 u otras causas y ayuda a establecer si hay diferencias significativas con el rango esperado de muertes, y si estas diferencias aumentan o disminuyen en el tiempo, o si se registran tipos específicos de mortalidad entre grupos demográficos o grupos de causas". A partir de la semana 23, entre el 1 y 7 de junio, se observa un cambio en la tendencia registrando el inicio de un exceso de mortalidad general, que visto por grupos de edad y sexo, es mayor en hombres mayores de 60 años".
La OMS dice, sin realizar acciones al respecto, que el envejecimiento saludable consiste en desarrollar y mantener las habilidades funcionales que permitan el bienestar en la vejez. Antes de la pandemia de la COVID-19, más del 50% de las poblaciones mayores en algunos países de ingresos bajos y medianos no tenían, ni tienen acceso a algunos servicios de salud esenciales, y mucho menos a una buena calidad de los mismos, un problema que la pandemia ha destapado. Por otro lado, el Jefe de la Unidad de Curso de Vida Saludable de la OPS, manifestó, que no basta con garantizar que los adultos mayores tengan acceso a los servicios básicos de salud, los servicios, deben adaptarse a las necesidades específicas de las personas mayores. Debemos proteger a las personas de la tercera edad, pero no solo contra la Covid-19, sino también de otras, que en un gran porcentaje se encuentran asociadas o son las directas causantes de la muerte de los pacientes.
La pandemia de la COVID-19 ha enfatizado las necesidades y vulnerabilidades que tienen las personas mayores en lo que respecta a su derecho a la salud, afirmó Carissa F. Etienne, Directora de la OPS/OMS. “Con demasiada frecuencia, no escuchamos sus voces y perspectivas cuando se trata de su atención. Las personas mayores tienen el mismo derecho a recibir cuidados que cualquier otra persona. Ninguna vida es más valiosa que otra".
Es muy importante entender las cosas, pero mejor aún, cambiar rápidamente lo que consideramos equivocado. Todos los argumentos apuntan a que estamos perdiendo una generación, de aquellos con la experiencia, con la capacidad del pensamiento, de las ganas de entregarse por los demás, o de quienes hemos vivido las verdes y las maduras, alcanzando un nivel que la juventud busca.