Esta es nuestra décima columna que escribimos los últimos cinco años relacionada con la posibilidad de que la Costa Caribe colombiana tenga su Tren de cercanías o Tren costero o Tren regional Caribe, como lo quieran llamar, una obra necesaria, bastante urgente, desoída de los presidentes pasados y ministros del ramo, que se hicieron los sordos en cuanta petición hicimos los costeños para adelantar este tren que uniría la Costa Caribe desde La Guajira hasta Córdoba, en una primera etapa Cartagena-Barraaquilla-Santa Marta.
Somos conocedores de los esfuerzos que los gobernadores anteriores costeños hicieron para promover e impulsar el tema. En el Atlántico, Eduardo Verano y José Antonio Segebre empujaron mucho el asunto especialmente en cada viaje a Bogotá con una agenda especial al respecto y sabemos de fuente muy confiable que la Doctora Elsa Noguera, actual Gobernadora nuestra, ha realizado muy importantes gestiones y esfuerzos al respecto consiguiendo avance en un primer preámbulo positivo.
Ya se ordenaron los estudios y diseños por parte de la Unión Temporal Ardanuy-Coral Delgado y Asociados cuyos resultados están prometidos para el primer semestre de 2022. Esta firma la escogió Findeter que es la entidad contratante del proyecto y su costo es de cinco mil millones. La necesidad de este Tren de cercanías ya fue explicado y extendido en el gobierno nacional suficientemente no solamente por el aumento del comercio de mercancías sino de la movilidad de pasajeros buscando cada día más competitividad en la producción económica y el avance de la recuperación después de la Pandemia. La longitud de la vía tendría aproximadamente 230 kilómetros en su primera etapa ya fuese tierra adentro por la mitad de los departamentos o vía al mar, paralelo a las playas. Ya hay una firma china interesada según nos hemos enterado que inclusive parece ser que propondría la alternativa elevada es decir, que el trayecto fuese sobre pilones de concreto reforzado todo el tiempo. Así como podría ser a nivel del suelo. En algunas de mis columnas anteriores expresamos que quizás la mayor preocupación de este proyecto era atravesar el Rio Magdalena.
Precisamente en estos días después de la inauguración del nuevo Puente Pumarejo se le ha preguntado a las autoridades capitalinas que piensan hacer con el puente antiguo que parece ser lo están desvalijando. ¡Qué raro! Bueno nuestra propuesta que ya debe estar en la mente de los expertos y aquí la exponemos desde la orilla de la ignorancia ciudadana con respecto a niveles de resistencia, capacidad o insuficiencia de distancias de aproximación, es que la ANI-Findeter,los Asociados que iniciaron los estudios, contemplen el aprovechamiento del antiguo puente, su estructura toda, su armazón de resistencia para adicionarle los refuerzos del caso, las longitudes, los cálculos y todos los estamentos disponibles para montar el puente que recibiría los vagones para atravesar el río. Es decir, no permitir que se pierda la antigua estructura ahora en desuso y aprovecharla para reducir obviamente costos en la obra que de todas maneras hay que construir para el trayecto sobre las aguas del Magdalena. Es nuestra modesta propuesta teniéndose por favor en cuenta que no somos ingenieros. Solo aplicamos la lógica y el sentido común.