Nacido en 1694 como Francois Arouet, este francés una de las figuras más representativas del siglo XVIII; el llamado “Siglo de las Luces” por haber alojado al movimiento intelectual y político conocido como “La Ilustración”, mismo que pregonaba que la razón y el pensamiento liberarían al ser humano de la ignorancia y el sometimiento que representa el dejar a otros pensar por él. Personaje por más interesante, rápido de lengua y mente, anticlerical y abiertamente un burgués liberal, Voltaire dejó para la historia muchas citas que bien podrían haber sido dichas ayer por primera vez, y que claramente podrían aplicar a cualquier republiqueta bananera o a cualquier intento de ciudad que empeñó al peor postor su capacidad de raciocinio y duda. Leamos:

“Aquellos que pueden hacerte creer en absurdos pueden hacerte cometer atrocidades”: En estos tiempos de poco sentido común y análisis de contexto, agobiados por información falsa e incompleta, compartida y magnificada con un valor de verdad que ni tiene ni merece, somos proclives a aceptar como cierto solo lo que se asemeja a nuestros prejuicios. Si como sociedad dejamos que el absurdo se confunda con lo racional; o peor aún, lo reemplace, vamos a terminar viviendo en la anarquía de las versiones o las “verdades relativas” a las que Trump alguna vez hizo referencia en su ojalá único mandato.

“La ignorancia afirma o niega rotundamente; la ciencia duda”: Entendida la frase más allá de la reivindicación del pensamiento científico y la duda como método, podría interpretarse como una crítica al absolutismo fanático y a una sola manera de ver y entender el mundo. De la duda, de la pregunta, de la necesidad por encontrar respuestas fiables sustentadas en datos y argumentos es más expedito el camino al conocimiento. Ramón Gómez de la Serna a lo mejor diría que lo único que pueda afirmarse rotundamente y sin duda alguna es que se duda…

“Es difícil liberar a tontos de las cadenas que veneran”: Dándole a la tontería una definición más cercana a la comodidad que puede producir abandonar en el otro la capacidad de pensar y actuar en consecuencia, bien podría entenderse la frase como la eternización del status quo por flojera, mezquindad o miedo al momento de hacer valer los derechos ciudadanos. Aplica, por supuesto, para el voto comprado o cooptado en época electoral.

Y para acabar, “¿Es la política otra cosa que el arte de mentir deliberadamente?”. Algunos dirán que sí, que es más que mentir. Hasta de pronto tienen razón; pero de que se miente, se miente.

3 siglos después, Voltaire nos sigue invitando a pensar.

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