Permítanme presentarles a Irina Paola Caicedo Amaranto, 36 años de edad, samaria, recién graduada como Profesional en Estudios Literarios de la Universidad Autónoma de Bucaramanga, literatura pura en forma virtual a través de una plataforma en la que aprenden y son evaluados mediante escritos, videos, grabaciones de voz, infografía, y salen preparados en edición de textos, patrimonio literario, gestión cultural, docencia.

Estoy hablando de una persona que conocí en sus 6 años de edad con la sintomatología clásica de un Trastorno del Espectro Autista de alto nivel funcional y a quien he acompañado desde entonces, hasta tener la satisfacción de felicitarla por este enorme logro por el que tanto ha batallado. La hacedora de este triunfo es su madre, Inírida Amaranto Cantillo quien, literalmente, dejó todo, incluida su carrera de Nutrición y Dietética, para dedicarse a su hija. Se sentaba en una de las bancas del parque que queda frente al colegio atenta a cualquier cosa que necesitara su hija.

Cuando terminó el bachillerato, la llevé a la Universidad de Cartagena a estudiar Lingüística y Literatura, pero sólo pudo realizar un semestre por razones económicas. Luego ingresó a la Universidad del Magdalena donde realizó dos semestres de Psicología que fueron interrumpidos por razones logísticas.

Para esa época conocí a sus hermanos mayores, con el mismo diagnóstico, Yesid Alfonso, 34 años, Martín Andrés, 27, ambos profesionales en la actualidad. Yesid, 41, estudió Ingeniería Mecánica en la UIS, Maestría en Ingeniería en la Universidad Nacional y candidato a Doctor en Ciencias de la Ingeniería de la Universidad Católica de Chile. Martín, 34, estudió Biología en la Universidad del Magdalena y Maestría en Genética en la Universidad Austral de Chile.

Esta maestría de Martín representa para mí una especie de premio que me regala la familia Caicedo Amaranto en un momento en el que estoy trabajando un libro en el que planteo que el Autismo no es una enfermedad sino un producto de la evolución y estoy en la parte de la sustentación genética, así que, voy cual Hiki Komori a encerrarme este fin de año a leer los libros que tengo sobre el tema, para sentarme con Martín Andrés a que me enseñe lo que sabe sobre la genética en la evolución. No creo que pueda conseguir mejor interlocutor.

Familias como la de Irina Paola son las que me ayudan a sustentar mi explicación acerca de lo que es realmente el Autismo, todavía no he encontrado en la literatura universal sobre este tema una teoría que me resulte totalmente convincente para explicar todos los casos. Por tanto, sigo en mi hipótesis.