Como todos los años, por estas fechas te escribo mi carta, confiando en la promesa que aparece en el Evangelio de San Mateo y que el sacerdote repite en cada misa, justo antes de la comunión: “No soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme”. Aferrado a esa fe, acudo una vez más a tu infinita misericordia.
En esta oportunidad no solo he pedido por mí, sino por el bienestar de todos los colombianos, porque este país entero necesita con urgencia un milagro… o varios.
¡Querido Niño Jesús, por los méritos de tu santidad, te pido que el Junior de Barranquilla vuelva a ganar el torneo de fútbol colombiano en 2026!
¡Querido Niño Dios, que el tío Christian Daes compre el Real Cartagena para que el equipo ascienda a la A y el fútbol de la Costa Caribe brille como los cristales de Tecnoglass!
¡Querido Niño Dios, que Shakira siga soltera hasta que consiga un novio barranquillero!
¡Que Afinia y Air-e nos iluminen sin subir las tarifas y sin dañarnos los electrodomésticos!
¡Querido Niño Dios, que el gobierno del “cambio” cambie de país por extradición! ¡Que al presidente Petro no se le ocurra ni una reforma más! ¡Que para 2026 Gustavo Petro y sus amigos dejen la Presidencia!; ¡y si puedes adelantar eso, nos harías un gran favor!
¡Querido Niño Dios, regálanos un presidente con el temple de Nayib Bukele, que ponga orden y haga cumplir la ley! ¡Que los colombianos lean más libros y pasen menos tiempo en TikTok! ¡Que los miembros de las Fuerzas Militares y la Policía no sean asesinados mientras protegen la vida y los bienes de los ciudadanos!
¡Querido Niño Dios, protege a los periodistas de la W, de la FM y a todos los que investigan y denuncian con valentía!
Querido Niño Dios, que a Olmedo López y a los ministros Bonilla y Velasco no se les ocurra decir que el presidente dio la orden de meterle la mano a la plata de la UNGRD, porque nadie les creería.
Niño Dios, regálanos esta Navidad la paz para Colombia. Líbranos de la corrupción, la pobreza y la violencia. Ilumina a Donald Trump y elimina a Nicolás Maduro.
Que este ruego no se quede en carta muerta ni en motivo decembrino, sino que nos sacuda la conciencia, nos despierte del conformismo y nos recuerde que un país también se salva cuando sus ciudadanos deciden cambiar.
No te escribo más, aunque tú sabes que las necesidades del (+57) son muchas. No nos abandones. Prometo portarme bien en 2026.
¡Ven, ven, ven; ven a nuestra patria... No tardes tanto, Jesús ven, ven, ¡ven, ven! Amén.
@oscarborjasant


