¿Crees en la suerte? ¿Es buena o mala? ¿Influye en nuestras vidas? Mucho se ha dicho sobre esa condición misteriosa, provocadora, asociada a mitos, creencias, supersticiones y fenómenos que van más allá de la explicación lógica o racional que ha podido dar la ciencia. ¿Es un asunto espiritual? ¿Es mera probabilidad?

Muchos creen que darle lugar a la suerte es una postura facilista que ignora la capacidad del ser para fijar, establecer, elegir o determinar las condiciones de su éxito o fracaso. Aseguran los negacionistas que, para ganar en el juego, el amor, los negocios y hasta el placer o la salud, se requiere mucho más que un ejercicio producto del azar.

Bajo esa mirada, lo que algunos llaman hado, destino, propósito, fortuna, albur, probabilidad o coincidencia es una representación de lo que consideran es la falacia que más ha inspirado a la literatura. El éxito es visto como un golpe de fortuna que sorprende sin considerar los méritos, las capacidades o las características de las personas que son beneficiadas con su aparición.

Otros piensan que es un asunto de la naturaleza, un ser superior o está asociada a la elección sobrenatural de alguna entidad que define los criterios sobre los cuales se teje la historia de la vida. Para la cristiandad es Dios quien le da rumbo al destino y las posibilidades de quienes siguen su voluntad. ¿Eres creyente o negacionista?

Si compras la lotería las posibilidades de ganar son mínimas, pero eso no significa que sea imposible acceder a cualquiera de sus premios. Generalmente personas poco estudiosas de la condición humana dicen que el matrimonio es una forma de sorteo en el que se puede perder todo o ganar mucho: Procura elegir bien tus números y acceder al cartón ganador si piensas que el acertar en el amor es como participar en un bingo o una tómbola.

La ‘Suerteroforma’ es manera, criterio, método, procedimiento, ritual, ceremonial, protocolo o estrategia empleada para administrar el talento, la capacidad y los recursos por medio de los cuales se pueden amplificar los valores, los principios y el modelo ético orientador de la vida, para inspirar o entender el sentido y el propósito por el que existimos. Es la pintura del destino enmarcada sobre nuestra voluntad. La arquitectura de la fe exponiendo la maqueta de la virtud. El diagnóstico del ganador ofreciendo el tratamiento ideal para no perder.

La suerte es tuya: Para mejorar se requiere una nueva conciencia y la determinación necesaria para lograr decisiones correctas. Si tus convicciones animan e impulsan a dar lo mejor de ti, estás más cerca de acceder a la fórmula de la ‘Suerteroforma’.

@JulioCesarHT