¿Qué podrían tener en común algunos deportistas de alta competencia, directores generales, CEOS, altos ejecutivos, reconocidos personajes del mundo del entretenimiento, emprendedores e inclusive, reconocidos líderes? Que la mayoría de ellos cuentan con los servicios de un coach que los ayuda a mejorar su desempeño y alcanzar sus objetivos.
El origen del coaching se conoce aproximadamente desde el año 1.500; la palabra coach describía a un vehículo tirado por caballos que llevaban a las personas desde donde estaban hasta donde querían llegar; independientemente de su origen, la palabra se popularizó y se convirtió en aquella persona que ayuda a los otros a moverse de un lugar a otro, para mejorar sus habilidades y permanecer enfocados.
El coaching es una disciplina profesional en la cual los coaches ayudan a sus clientes a navegar a través de los obstáculos, los desafíos y las oportunidades que se presentan en el camino. Es una conversación que nos hace reflexionar y nos empodera a través de las respuestas que necesitamos para maximizar las oportunidades y crecer para convertirnos en una mejor versión de nosotros mismos. Es un proceso que nos inspira a maximizar nuestro potencial personal y profesional; esa inspiración gira en torno a salir de nuestra zona de confort para llegar a niveles en los cuales no habíamos estado anteriormente. El coaching no se enfoca nunca en hechos pasados, se enfoca en el presente y en el futuro, el coach nunca le dice a su cliente lo que este debe hacer, sino que a través de un proceso reflexivo y de interiorización, permite encontrar respuestas.
El coach debe asegurarse de que sus preguntas se enfoquen hacia el futuro, como, por ejemplo: ¿Qué estamos dispuestos a hacer diferente? ¿Qué es lo que queremos? ¿Cuándo podríamos hacerlo? Estas preguntas llevan al coach a escuchar mejor, con empatía, consciente y activamente. Ninguna sesión de coaching estará completa sin el compromiso por parte del cliente de tomar acciones, en función de la conversación que sostuvieron.
Poder contar con los servicios de un coach no significa que necesitemos ayuda porque estemos perdidos, sino que hemos decidido avanzar con claridad, confianza y con un propósito. Si tomamos la decisión de crecer en lo personal o en lo profesional, un coach calificado puede ser nuestro aliado estratégico que nos impulse a ser mejores. Invertir en un proceso de coaching no es un gasto, es una apuesta por el talento, la motivación y el rendimiento sostenible. Con un crecimiento promedio anual del 21%, el coaching se consolida como la industria que más crece en el mundo.
@henrydelae