El 7 de agosto se publicó Colombia Ganadora, de Alejandro Salazar, uno de los consultores y pensadores de estrategia más influyentes del continente. La temática y el momento de aparición del libro resultan especialmente oportunos en medio de la coyuntura actual, cuando muchos líderes políticos y empresariales debaten cuál debe ser la gran apuesta del país para el próximo cuatrienio.
La obra hace un recorrido histórico, económico y político de Colombia, con el propósito de responder a una pregunta central: cómo debe conectarse nuestro país con la economía global de manera ganadora en los próximos años.
Por razones de espacio, me concentro en dos elementos muy prácticos y potentes de su reflexión.
El primero es la necesidad de reconfigurar nuestra identidad como el Estado más al sur del “Diamante norteamericano”, una región que incluye toda Norteamérica, Centroamérica, las islas del Caribe y se extiende hasta Colombia. Según varios expertos, este bloque será el más próspero del mundo, dada la tendencia de Estados Unidos a reforzar su influencia en su patio trasero en esta nueva era posglobal. Salazar lo expresa así: “ser el socio regional de Estados Unidos, en el sur del diamante norteamericano, como un ‘hub’ de intercambio de valor norte-sur entre Sudamérica y Norteamérica, siendo el país ‘Core’ de NOLA, una región que incluye más de 13 países con alrededor de 190 millones de habitantes.”
Quienes llevamos años estudiando y trabajando temas de desarrollo económico sabemos que aún estamos en pañales a la hora de aprovechar las oportunidades que ofrece el vasto mercado estadounidense.
El segundo aporte es su visión de las regiones de Colombia, planteada desde la forma en que nuestros territorios generan valor y lo intercambian con el mundo. De allí surge una propuesta de nueve “mini países” configurados según cinco criterios: masa crítica, contigüidad, lógica económico-geográfica emergente, ventaja competitiva propia e identidad cultural diferenciada. El ejercicio culmina con paralelos frente a países compactos y exitosos, comparables con cada una de esas jurisdicciones.
Un ejemplo es la región que denomina Caribe Norte —integrada principalmente por Barranquilla, Cartagena y Santa Marta, hasta llegar a La Guajira—, con más de 8 millones de habitantes y un poco más de 70.000 km². En este caso, el algoritmo señala a República Dominicana como su referente directo.
Propuestas como estas, y cómo se ejecutan, son los planteamientos que deberían ocupar el centro de la discusión en esta época electoral. Solo así Colombia podrá aprovechar su verdadero potencial y superar el estancamiento de los últimos años.
@RPlataSarabia