Es la respuesta que recibo cuando le pregunto a cualquier paciente en consulta si ha tomado algún medicamento, y lo dicen con cara de alivio, como si hubieran salido bien librados de algo terrible en sus vidas, en especial si se trata de menores, niños o adolescentes; con los adultos hay otras respuestas, pero siempre queda la sensación de ser afortunados si no tuvieran que tomarlos. En el otro lado de la ecuación están los que viven agradecidos por la indiscutible mejoría que sintieron cuando empezaron a tomarlos y siguen haciéndolo, por su salud mental.
Repito aquí lo que le digo a los pacientes frente a esa respuesta: los medicamentos son superiores al mejor psiquiatra o psicólogo del mundo para quitar los síntomas, pero ningún medicamento da consejos, ni arregla matrimonios, ni paga los servicios, ni estudia por los hijos de uno, ni los hace más inteligentes. Cada medicamento tiene su campo de acción y efectos colaterales naturales según su composición química.
En este punto es donde aparecen los “googleros” con el montón de datos que leyeron con respecto al medicamento que se les prescribió y vienen a cuestionar el tratamiento, a pesar de reconocer que el resultado es favorable. Mi respuesta es que Google no sabe medicina, sólo datos, pero los criterios para elegir un medicamento son médicos.
A propósito de cifras, tengo las siguientes. 1 de cada 8 personas en el mundo padecía un trastorno mental en 2022, equivale a 970 millones de personas y el 82% de ellas viven en países de medianos y bajos ingresos –estamos en esa lista-. Según la OMS, el 9% de la población tiene algún tipo de trastorno mental y el 25% (una de 4 personas) lo tendrá a lo largo de su vida. Del 27% en 2018 ha habido un crecimiento exponencial del 45% en la actualidad. Se calcula que el 4% de la población mundial de niños, adolescentes y adultos, tiene un trastorno de ansiedad.
¿Qué sería de esa cantidad de personas con estos padecimientos si no existieran los medicamentos psiquiátricos, dónde los internaríamos? No hay camas para tanta gente.
Más del 60% de la población que tiene un padecimiento mental no recibe tratamiento medicamentoso, cifra que se ve exagerada en este país que tiene un sistema de salud en el que le dicen al paciente que no pueden entregarle determinado medicamento por desabastecimiento. ¡Imagínense, en el mejor sistema de salud del mundo!
Así que, la recomendación es que le pierdan el miedo al medicamento psiquiátrico, porque son más los beneficios que los perjuicios, con una aclaración final: hay pacientes que sólo los tomarán por un período breve y otros en forma crónica.