En One to One, el director Kevin Macdonald reconstruye con sensibilidad e inteligencia un momento crucial en la vida de John Lennon y Yoko Ono, los meses posteriores a la disolución de los Beatles, cuando la pareja se instaló en Nueva York en 1971. Lejos del mito del Beatle, el documental revela a un Lennon más humano, intensamente político y comprometido con causas sociales, acompañado por Yoko Ono, su musa y aliada en la reinvención.
La película se centra en el breve pero intenso periodo de 18 meses que pasaron en un modesto apartamento en Greenwich Village, antes de mudarse al icónico edificio Dakota. Durante este tiempo, Lennon ofreció el único concierto de su carrera como solista, el recital benéfico One to One en el Madison Square Garden, destinado a recaudar fondos para los niños de Willowbrook, una institución para discapacitados cuyas condiciones deplorables habían sido expuestas por el periodista Geraldo Rivera.
Ese concierto, que da nombre al documental, sirve como hilo conductor para una historia mucho más amplia que retrata a un Lennon profundamente implicado en los movimientos sociales, abogando por la paz y enfrentando al poder político. Su activismo lo puso en la mira de la administración Nixon, que llegó a ordenar su vigilancia y consideró su deportación. La cámara de Macdonald captura no solo su radicalismo pacífico, sino también la vulnerabilidad de alguien que lucha por encontrar su lugar en un mundo cambiante.
Uno de los momentos más emotivos del filme es la canción dedicada a John Sinclair, un activista detenido por poseer dos cigarrillos de marihuana. Lennon transforma el caso en una causa, componiendo un tema que clama por justicia, y mostrando a un artista dispuesto a usar su fama como megáfono para el cambio, lejos del estereotipo del “rockstar” apático.
El documental también ofrece una reivindicación para Yoko Ono, quien, a través del testimonio de su hijo Sean Ono Lennon —también productor del film— y del suyo propio, enfrenta las calumnias que la han perseguido por décadas. Aquí, Yoko aparece como figura clave en la vida personal de Lennon como en su evolución artística y política.
One to One no solo revive un concierto legendario, sino que equilibra con elegancia la música, con el contexto histórico y los momentos personales, construyendo un relato que resonará tanto en quienes vivieron esa época como en la nuevas generaciones que apenas descubren la voz y el espíritu rebelde de John Lennon.