Pertinente y oportuna la decisión de nuestro presidenciable Caribe Efraín Cepeda, presidente del Senado de la República quien, ante la falta de garantías y los sesgos gubernamentales contra los partidos de oposición e independientes, y en solidaridad con el senador Uribe Turbay víctima de tan atroz atentado, ordenó suspender hasta nueva orden las deliberaciones de esta Corporación. La falta de garantías se extiende a todo, al punto que también pidieron al Procurador que conforme la Comisión Nacional de Vigilancia y Control Electoral, una instancia donde en teoría no interviene el gobierno. Mientras, se espera el reinicio, que será cuando los senadores no se sientan amenazados, que ya pidieron que no sea la UNP la encargada de su vigilancia y protección, claro, ni vigilaron ni protegieron al senador Uribe, sino la propia Policía, que brinda muchas más garantías, y no está supeditada a los arrebatos presidenciales ni al discutible criterio de un burócrata que fijo está ahí persiguiendo otros propósitos.
Toda suerte de hipótesis y versiones se han tejido alrededor del infame atentado al senador del Centro Democrático Miguel Uribe Turbay, sin que surgiera al respecto por parte de las autoridades encargadas una tesis oficial. Son demasiadas las preguntas y muy pocas las respuestas entregadas sobre los múltiples puntos oscuros de tan terrible suceso, y mucho lo que se colige de los videos publicados, el sicario no actuó solo, lo engañaron ofreciéndole transporte de escape, la desaparición del celular del asesino, hasta que se cambió el tipo de arma utilizada pues la declarada es mucho más destructiva, en fin. Lo que ha quedado claro es que hay que rezar mucho y, debido a la gravedad de las heridas, pedir lo más cercano a un milagro para volver a contar con sus voces y sus luces en un escenario donde, pese a que cada vez que tiene oportunidad lo niega Petro, se encuentran representados todos los colombianos. El país lamenta el atentado contra la vida de una joven promesa nacional quien, además de lo estudiado y preparado que es, por su talante firme y frentero se le midió a cualquier reto, atacaba implacable a los guerrilleros colados en el parlamento, a las Bacrim y, principalmente a las demasiadas estupideces destructivas de Petro.
Por ello, aunque cuando esto se escribe Colombia aún no ha jugado contra Argentina, no hay que esperar el resultado para adicionar el” ¡Fuera Petro!”, con “¡Fuera Lorenzo!” y ¡Fuera Farías!”, que con los tres nos ha ido terriblemente, y que ojalá se nos cumpla el deseo en todas estas peticiones.
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