Bill Gates anticipó que la revolución tecnológica culminará con la creación del agente autónomo más inteligente. Estos agentes estarán integrados en múltiples plataformas digitales, automatizando tareas cotidianas como búsquedas, compras y análisis de datos. Aunque ya se utilizan más de lo que se percibe, aún es difícil medir su impacto específico en cada industria. Las empresas trabajan activamente para hacerlos una realidad tangible y rentable.
Los Agentes de IA son la evolución natural de la inteligencia artificial generativa. Si bien están desarrollados con machine learning, son asistentes más avanzados, con capacidades para aprender de las interacciones y gestionar tareas con mayor independencia. Muchas empresas han mejorado la atención al cliente gracias a chatbots que responden tareas en función de la información que su modelo de lenguaje les permite procesar. Ante una solicitud, interactúan y luego crean un ticket de soporte que un humano debe resolver.
Facilitan la tarea, sí. Pero los Agentes de IA serán capaces también de ejecutarlo. Si el cliente solicita un reembolso, podrán interpretar el pedido, definir si corresponde una devolución y realizarla. Los Agentes aprenden de las interacciones, se adaptan a nuevos escenarios sin intervención humana y son capaces de resolver tareas complejas.
Según Gartner, en 2028 un tercio de las interacciones con IA generativa incluirá agentes autónomos. Una encuesta del MIT Technology Review a 300 líderes empresariales revela que el 50% destaca su capacidad para mejorar eficiencia y reducir costos, mientras que el 20% valora su potencial para acelerar la competitividad. En algunas industrias, se proyecta un aumento de productividad del 30%, lo que representaría una inyección de US$15 mil millones al PBI global. La adopción crece y con ella, las oportunidades.
Para evaluar su impacto, se analizan indicadores como líneas de código generadas, duración de ciclos de desarrollo, uso de versiones obsoletas, tiempos de reparación y búsqueda de información. GitHub, por ejemplo, lanzó Copilot para detectar y corregir vulnerabilidades de ciberseguridad, y mide su retorno mediante informes cuantitativos que evalúan velocidad, eficiencia, reducción de tareas repetitivas y satisfacción del talento.
Los agentes de IA funcionan como equipos autónomos que operan en paralelo: mientras uno recopila datos, otro migra código y un tercero realiza pruebas. Esta capacidad de subdividir tareas y resolverlas simultáneamente marca un avance tecnológico sin precedentes. Ya se aplican en apps de transporte con tarifas dinámicas, y no es difícil imaginar su uso en procesos industriales, diagnósticos médicos, educación personalizada o marketing automatizado. En 2025, estos agentes ya son una realidad como lo pronosticó Bill Gates: el verdadero reto empresarial será implementarlos con éxito y medir su impacto.
* Managing Director de Globant en Colombia