Creo indispensable, de tajo, aclarar que no es cierto que el mejor sistema de parqueo sobre calles y avenidas sea el paralelo a la calzada, aceptando que es el ideal cuando no se cuenta con suficiente espacio para lograr un equilibrio entre las calzadas para vehículos, sean estas para el tráfico en movimiento o para carriles de parqueo, y obviamente para el andén, ya que lo que se busca es lograr el mencionado equilibrio entre ambos usos, así como entre conductores y peatones. Lo anterior no admite discusión porque es de simple lógica. Lo que sí no es cierto es que ese diseño de parqueo paralelo sea necesariamente el mejor, y mucho menos, el único a tener en cuenta cuando se diseña un espacio urbano.

Cuando se trata de espacio público en vías urbanas en todas partes del mundo, se diseña sobre variables que incluyen el espacio disponible, el tipo de tráfico vehicular y peatonal, pero no menos importante, en la incidencia que el diseño debe tener sobre sobre el sector, sea este residencial, industrial, comercial, institucional, etc., porque resulta ser un gravísimo error cuando en beneficio de la movilidad se afecta muy negativamente, por ejemplo, el comercio existente. Ya conocemos la más que negativa experiencia que nos dejaron las remodelaciones de la calle 45 Murillo desde la carrera 38 a la 46 Olaya Herrera, y de esta última vía desde la calle 34 hasta la 74 para el uso del Transmetro, larguísimos tramos que a raíz de un pésimo diseño, eliminando puestos de parqueo, quebraron y obligaron el cierre de cientos de establecimientos comerciales y desvalorizaron cientos de predios urbanos. Mala experiencia que no debemos repetir.

Si lo analizamos, no hay forma de parquear más fácil que en diagonal, con cierta dificultad para salir, pero muy rápida para parquearse, diseño utilizado en todo el mundo. El parqueo paralelo en cambio, cuando los espacios son estrictos, requiere que el conductor se pase del espacio para parquearse en reversa, y obviamente que quien viene detrás frene, le dé espacio y le permita acomodarse en el sitio preciso, pero aquí en Barranquilla no somos tan respetuosos como los suizos o como en Colombia los manizalitas, porque aunque la palabreja suene fuerte, la proporción de atarbanes conduciendo en nuestra ciudad es bastante elevada.

Estas observaciones las hago porque no quisiera que con la remodelación que se está adelantando en la calle 72, esta nueva vía quede espectacular y se optimice el tráfico vehicular, pero a costa de la actividad comercial que la ha caracterizado, por esto sugiero que los diseñadores analicen la posibilidad de organizar también zonas de parqueo en diagonal donde el espacio lo permita para que se dinamice su comercio y así Shakira esté muy orgullosa de la arteria que llevará su nombre.