El calentamiento global es una realidad y los gases de efecto invernadero contribuyen a este fenómeno. Dicen que los que habitamos este planeta somos culpables en estos cambios de la naturaleza, y debemos ayudar a mitigarlos para el bienestar de todos.

Nuestra ciudad tiene la conciencia de esta situación y no seremos una “selva de cemento”. Los cambios se ven con estas últimas administraciones distritales. Barranquilla ahora es más verde y tiene muchos pulmones, como son los parques.

Sus bellos y bien cuidados jardines que resurgieron al ser remodelados conjuntamente con los escenarios deportivos con motivo de los Juegos Centroamericanos realizados en nuestra ciudad. Será la “selva urbana” para el hábitat de innumerables especies que viven o hacen tránsito por la ciudad.

Tierrelas, torcazas, iguanas, ardillas, mariamulatas, colibríes, azulejos, papayeros, conviven con las también especies endémicas y que son las más numerosas en este ambiente urbano alegrando y embelleciendo parques y calles, sin el temor a los humanos, sin depredadores ni caucheras, alimentándose de semillas y sobras de alimentos.

Nuestras queridas palomas caseras, como las del Parque Suri Salcedo, animales que por las circunstancias de cambio de hábitat se volvieron de granívoros a omnívoros y comen de todo. Cada región o ciudad de nuestro país tienen sus faunas urbanas. Cuidemos las nuestras, nos alegran la vida.

Pablo Romo Romo
Pajorro27@gmail.com