Nunca he gustado de la palabra tolerancia, porque es mentirosa, hipócrita, es una palabreja que esconde cosas horribles. El verdadero significado de tolerancia es “el aplazamiento de la negación del otro”. Es como : Te soporto, te aguanto por un tiempo, hasta cuando no te tolere más y decida mostrarte lo que realmente siento frente a determinada situación con el otro. Cuando hablan de una persona muerta por un acto de intolerancia me hacen pensar que desconocen el significado y terminan reduciendo un asesinato con o sin premeditación a un acto momentáneo de ira. Quien no se puede contener, porque se le acabó la tolerancia, y termina matando a otro, tiene un rollo bien serio.
Por eso prefiero la bacanería, porque es el contrario dialéctico de la tolerancia. La bacanería es la aceptación del otro como legítimo otro, sin distinciones. Es un estado mental consciente, activo, propositivo, en el cual la persona que lo experiencia se siente bien consigo misma y actúa de manera tal que invita al otro a comportarse del mismo modo para crear un clima favorable en el que se puedan desarrollar relaciones de consenso. Lo cual no quiere decir que estén de acuerdo, es el respeto a la opinión del otro, así sean antípodas por principio.
Con esa unidad mínima, la bacanería se convierte en una virtud social, en una herramienta para desarrollar aquellas interacciones que nos han permitido en nuestra deriva natural convertirnos en y evolucionar como seres humanos. Porque la vida evolucionó a partir de acuerdos, de consensos entre las partes que establecen un equilibrio en el que ninguno pierde, de otra manera nos habríamos extinguido hace ratos. Consensos éticos que tienen como principio fundamental la preservación de la vida, tanto la mía como la del otro.
Vamos a necesitar una atmósfera emocional y social de este tipo para lo que viene. Aún no se ha realizado la firma histórica de los acuerdos de paz y ya nos estamos matando a insultos, en unos niveles vergonzosos en los que son escasas las ideas o propuestas pero abundan las ofensas, gana en las encuestas quien saque el peor trapo sucio del otro. Eso ha creado un clima muy antibacano en todo el territorio nacional y en los colombianos en el extranjero, en el que se han alimentado odios y pasiones a partir de unos argumentos inventados para dañar al otro e imponer nuestro criterio, sea o no correcto. Ha sido aberrante la forma en que hemos manipulado la información, no se ha salvado ningún gremio desde radio bemba hasta los canales de información oficial o privada.
Esto muestra que todos somos responsables de todo, que nadie en este país puede abstraerse de decir su opinión porque espera ser respetado por el otro, en su opinión y en su vida.
Estamos a punto de matarnos entre todos. Vale la pena hacer un alto y ponerle un toque de sabor a la parla para que sea bacana y antiguerrerista. Nos lo merecemos.
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