
¿Cómo impactará la prohibición de la pesca deportiva en Colombia?
EL HERALDO consultó a dos expertos sobre los beneficios y perjuicios que trae la reciente decisión de la Corte Constitucional.
Este lunes 2 de mayo la Corte Constitucional declaró inconstitucional la pesca deportiva por considerar que esta actividad vulnera el principio de precaución y la prohibición de maltrato animal.
La sentencia emitida por el alto tribunal señala que aunque no es posible definir “con certeza absoluta las consecuencias nocivas de la pesca deportiva, en términos de los principios de protección y bienestar animal, ni el impacto y deterioro de los recursos hidrobiológicos, pero sí existe información científica relevante que exige evitar impactos nocivos en estos seres y su entorno, debe preferirse la exclusión de la actividad”.
Esta decisión de la Corte ha abierto el debate sobre las consecuencias que traerá la prohibición de esta práctica en el país.
Por esto EL HERALDO consultó al biólogo Sebastián Hernández y al ingeniero ambiental Fausto Pineda sobre el impacto de la nueva medida.
Para Sebastián Hernández Piñeres, director en Gestión de Proyectos y Área de Pesca y Acuicultura de la fundación Batis, la decisión de la Corte es “un poco extrema” y traerá más perjuicios que beneficios.
“Esta medida significa un retroceso respecto a las diferentes acciones que venían adelantando la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca (Aunap) y las comunidades que viven de la pesca deportiva, ya que esta actividad se convierte en un foco de desarrollo turístico y muchas comunidades prestan servicios a los turistas que llegan a sus territorios a realizar esta práctica”, dijo el biólogo.
Hernández agregó que esta sentencia “tampoco tuvo en cuenta a la industria que se ha forjado alrededor de la pesca deportiva. En las regiones Caribe y Pacífico hay muchísimos clubes de pesca e infraestructura para el desarrollo de esta práctica deportiva”.
Por su parte, Fausto Pineda consideró que esta “es una decisión en respuesta a la falta de control, investigación, tecnificación y conciencia de las personas que practican esta actividad en todo el territorio nacional”.
La Sala Plena de la Corte Constitucional admitió en la sentencia que si bien “no existe consenso acerca de si los peces son seres sintientes, lo cierto es que en virtud del principio de precaución resulta necesaria la intervención del Estado a efectos de evitar la degradación del medio ambiente”.
Sobre este punto, Sebastián Hernández afirmó que “sí se infringe un daño a los animales, pero este daño es mínimo”.
“Existen muchos métodos de pesca en las que se infringe el menor daño posible y se garantiza que el animal después de que sea liberado se va a sanar rápidamente y no va a quedar en desventaja para que sea capturado por otro animal”, indicó.
Sostuvo que además “existe una comisión internacional que regula y vigila la pesca deportiva y aquí en Colombia se han emitido diferentes conceptos en línea con esas directrices y se han publicado cartillas de buenas prácticas en la pesca deportiva en el país”.
Fausto Pineda opinó que aunque para algunos esta actividad busca la diversión del pescador y otros consideran que es una forma de tortura animal, para él es solo “una práctica ancestral”.
“Para catalogarlo como maltrato se deberían realizar varias investigaciones que lo sustente. En principio la pesca deportiva busca el disfrute y goce del pescador al atrapar el pez y luego reconocer que esta debe ser una actividad responsable en la que se libere la especie para que pueda volver a su entorno”, añadió.
No obstante, ambos expertos coincidieron en que la prohibición será un fuerte golpe para las comunidades cuyo sustento económico depende del turismo que hay alrededor de la pesca deportivo.
“El primer perjuicio es a nivel socioeconómico, las comunidades en el Meta y Chocó, por ejemplo, que viven de esta actividad, sufrirán un gran impacto y conflicto. Igualmente las industrias que se han creado alrededor de esto en la venta de insumos y de equipos, es decir, todas esas empresas se van a ver afectadas en su actividad económica y en el sustento de sus familias debido a esta prohibición”, expresó el biólogo.
Mientras que el ingeniero ambiental argumentó que la medida será “un golpe socio-económico y cultural a empresas, pescadores y comunidades quienes se dedicaban al desarrollo de estas actividades”.
Según Sebastián Hernández, la pesca deportiva contribuye a la conservación de los ecosistemas, pues las comunidades que se benefician de esta práctica “tratan de cuidar sus ríos, las lagunas, los mares”.
“Las personas que hacen parte de este sector económico son veedores porque no quieren que el lugar donde se van a realizar las actividades recreativas se deterioren o que se arrojen basuras allí, entonces fomentan la pesca responsable”, agregó.
Por esa razón dijo que sí considera que habrá un impacto negativo a nivel medioambiental.
En contraste, Fausto Pineda opina: “A mi parecer no habrá consecuencias medioambientales porque para nadie es un secreto que aunque la Aunap realiza innumerables esfuerzos por carnetizar a los pescadores deportivos, muchos de estos se encuentran en el anonimato y desarrollan esta práctica por un legado que transciende de generación en generación”.