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El municipio de Chiscas, en Boyacá, vive momentos de consternación luego de la muerte de Liliana Cruz, trabajadora social de 25 años, a causa de un disparo accidental de su esposo, el subteniente Haminton Ruiz Bolívar, comandante de la Estación de Policía local.

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Según las primeras versiones, la pareja se encontraba en un establecimiento de comidas rápidas para cenar cuando Ruiz Bolívar manipulaba su arma de dotación, un fusil, debido a un estado de alerta relacionado con la seguridad de la región. Durante la manipulación, el arma se disparó accidentalmente, impactando a Cruz frente a los presentes.

Un habitante le expresó a el medio El Tiempo que, “al parecer, como no es normal que ellos usen el fusil, mientras les preparaban un perro caliente que habían pedido en el puesto de comidas rápidas, afuera del restaurante, el oficial se habría puesto a limpiar el arma de largo alcance, mientras hablaban con los otros policías y la joven de 25 años con la que sostenía una relación sentimental, cuando de repente se le escapó un tiro”.

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Se presume que el uniformado estaba especialmente atento tras un hostigamiento registrado minutos antes en el Batallón de Alta Montaña Nº 2 General Santos Gutiérrez Prieto, a unas dos horas y media de Chiscas, y había activado un plan de defensa.

Tras el incidente, Ruiz Bolívar intentó trasladar a su esposa en una patrulla, pero perdió el control del vehículo saliendose de la vía y volcándose. Otro automóvil la llevó posteriormente al hospital, donde los médicos confirmaron su fallecimiento.

Liliana Cruz llevaba tres meses trabajando en el municipio como coordinadora del programa Plan de Intervenciones Colectivas (PIC), un proyecto de salud pública destinado a promover la prevención de enfermedades y el bienestar comunitario.