Compartir:

Lo que antes parecía imposible en las llanuras y montañas de Casanare hoy es una realidad: médicos y enfermeras recorren el territorio en carro, lancha, a caballo o a pie para llevar atención especializada a las comunidades más alejadas.

Con consultorios portátiles, quirófanos improvisados y laboratorios móviles, la estrategia “Hospital sin Límites” se ha convertido en la respuesta a décadas de ausencia estatal en salud.

Esta estrategia surgió por parte del gobernador César Ortiz Zorro, quien, tras recorrer los territorios rurales, identificó un déficit crítico en la prestación de servicios médicos. Jóvenes esperando meses por una cita, adultos sin acceso a cirugías y adultos mayores sin medicamentos fueron la motivación para replantear el modelo de atención en salud.

La iniciativa, que ya completa 20 jornadas en los 19 municipios del departamento, ha permitido atender a más de 25.000 personas con servicios especializados. Allí, carpas se transforman en hospitales temporales y equipos de especialistas permanecen el tiempo suficiente para dar respuesta a las necesidades priorizadas de cada comunidad.

Cortesía

Los resultados son: más de 680 cirugías practicadas —entre ellas hernias, lipomas y partos atendidos con dignidad—, consultas inmediatas que ya no deben esperar meses y diagnósticos oportunos que antes parecían imposibles.

Cada jornada moviliza cerca de 70 profesionales de la salud y camiones equipados con tecnología biomédica, anestesia, medicamentos, mamógrafos y equipos de rayos X. El propio gobernador ha acompañado varias de estas misiones, no solo como autoridad, sino como testigo directo del impacto de la medicina en veredas y riberas.

A este esfuerzo se suma el Programa de Atención Primaria en Salud (APS), respaldado por el Ministerio de Salud, con brigadas que recorren fincas y veredas para prevenir enfermedades y garantizar un seguimiento cercano a las familias campesinas.

“Hospital sin Límites” no es únicamente una estrategia para descongestionar hospitales, sino una declaración política y social: la salud en Casanare comienza a ser un derecho real y tangible, incluso para quienes cultivan la tierra en los lugares más alejados.

En medio del paisaje llanero, la noticia ya no es solo que médicos viajan por caminos imposibles. La verdadera noticia es que, en Casanare, la salud se convirtió en un viaje colectivo donde lo humano y lo técnico se unen para llevar esperanza a los territorios donde antes nadie llegaba.