El proceso de retorno voluntario de integrantes de las comunidades emberá, asentadas en Bogotá, continúa avanzando y se encuentra en su segunda fase. Las autoridades señalaron este viernes que más de 1.095 indígenas regresaron a sus territorios ancestrales en el Chocó y Risaralda.
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Sin embargo, al menos 70 personas rechazaron volver a sus comunidades y aseguraron que se radicarán en la capital colombiana. Cabe recordar que a comienzos de semana, 530 indígenas emberá retornaron de manera voluntaria a sus territorios.
Es importante contextualizar que estas comunidades llegaron a Bogotá debido al desplazamiento forzado y la violencia que ha generado el conflicto en sus territorios ancestrales.
La Unidad para las Víctimas, en coordinación con la Alcaldía de Bogotá, la Defensoría del Pueblo y autoridades locales, indicó que a estas personas se les está garantizando kits con ayudas humanitarias, transporte, y acompañamiento logístico y sanitario.
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Según la Secretaría de Gobierno de Bogotá, las personas que decidieron quedarse en la capital tienen la posibilidad de integrarse a la vida citadina, con diferentes opciones como vivienda en Bogotá, reubicación temporal, o continuar en asentamientos transitorios cuando lo deseen.
De acuerdo a los líderes del proceso, el retorno de la comunidad Emberá marca un hito en la historia colombiana, ya que es considerado como una de las recientes mayores movilizaciones desde los asentamientos en Unidad de Protección Integral (UPI) del Parque Nacional, La Rioja y La Florida.
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Sin embargo, el retorno de estas comunidades a sus territorios ancestrales supone grandes retos en materia de educación, servicios básicos y salud.