El atentado contra el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay ha puesto en evidencia una red criminal que involucra a cinco personas. Las autoridades han logrado reconstruir paso a paso cómo se ejecutó el hecho que conmocionó al país.

El cerebro logístico: José Elder Arteaga Hernández, alias “el Costeño”
Elder José Arteaga Hernández, conocido como “El Costeño” o “Chipi”, utilizó durante dos años su trabajo como barbero como fachada para manejar negocios de microtráfico en esta zona popular de Bogotá. Desde allí habría coordinado el plan para atentar contra la vida del político del Centro Democrático.
El barrio El Muelle se convirtió en el epicentro de la operación criminal. En esta zona de aproximadamente 15 cuadras, llena de locales comerciales, bodegas, talleres mecánicos y casas reformadas convertidas en apartamentos, confluían tanto “El Costeño” como el sicario menor de edad contratado para ejecutar el atentado.
Este sábado ‘El Costeño’ fue capturado en la localidad de Engativá, Bogotá.
El sicario: un menor de 15 años
El ejecutor material del crimen fue un adolescente de 15 años, cuya identidad no puede ser revelada por protección legal. Este joven, quien según alias “Andrea” ya estaba entrenado para este tipo de actos, recibió el arma al interior del vehículo momentos antes del ataque.
Las cámaras de seguridad captaron desde múltiples ángulos el momento exacto en que el menor desenfundó la pistola y disparó al menos tres veces contra el senador Uribe Turbay. Tras el ataque, uno de los escoltas del congresista logró herirlo en una pierna, y fue capturado a pocas cuadras del lugar cuando intentaba huir.
El menor, quien actualmente se encuentra en el búnker de la Fiscalía, fue engañado por el Costeño, quien le había prometido una motocicleta para escapar que nunca existió. “Era una vuelta suicida”, confesó posteriormente el cerebro del crimen a sus cómplices.
El conductor: Carlos Eduardo Mora, alias “el Venezolano”
Carlos Eduardo Mora González, conocido como “el Venezolano”, fue el encargado del transporte durante la operación criminal. Este hombre, residente en Soacha, fue contactado por el Costeño el 6 de junio con una propuesta directa: le pagarían cinco millones de pesos por servir de “patrulla” en una operación para “meterle plomo a alguien”.
El Venezolano condujo el Chevrolet Spark gris que transportó a los participantes hasta el lugar del crimen y posteriormente sirvió como vehículo de escape. Tras el atentado, recogió al Costeño y a Andrea, y siguiendo órdenes del cerebro criminal, se deshizo del teléfono celular que había usado el menor sicario durante la operación.
Fue capturado el 12 de junio y enfrenta cargos por tentativa de homicidio agravado, porte ilegal de armas y uso de menores de edad en la comisión de delitos, todos los cuales rechazó.
La mensajera: Katherine Martínez, alias “Andrea”
Katherine Martínez, una joven de 19 años oriunda de Soledad que llevaba apenas dos meses viviendo en Bogotá, cumplió un papel crucial como intermediaria en la operación. Alias “Andrea” fue la encargada de recoger el arma que se usaría en el crimen, trasladándose hasta el barrio Recreo en Bosa, donde un hombre en motocicleta le entregó la pistola Glock envuelta en una bolsa.
Además, pagó a través de una plataforma digital el servicio de transporte que llevó al menor sicario hasta el lugar del ataque y estuvo presente en el vehículo cuando se le entregó el arma al adolescente.
Tras el atentado, Gabriela permaneció en contacto con el Costeño hasta el 13 de junio, cuando este le prometió ayudarla a ocultarse de las autoridades. Le ofreció contactos en Florencia, Caquetá, donde supuestamente podría tomar cursos de drones o francotirador con la guerrilla.
Antes de viajar, siguió las instrucciones del Costeño de entregar su teléfono celular cerca de la cárcel La Picota. Fue capturada en Florencia el 14 de junio, cuando intentaba cambiar su apariencia y portaba más de un millón de pesos en efectivo.
El facilitador de la fuga: William Fernando González Cruz, alias “el Hermano”
La captura ocurrida el 19 de junio, fue la de William Fernando González Cruz, conocido como “el Hermano”. Su función específica fue facilitar la escape del Costeño y Andrea después del atentado.
González esperó a los dos criminales en el barrio Hayuelos con un vehículo azul, después de que estos abandonaran el Chevrolet Spark gris. Los trasladó hasta una cantina del barrio Santa Fe, donde se reunieron para discutir la destrucción de evidencias, específicamente la venta y formateo del teléfono celular del Costeño.
Durante esta reunión, presenciada por los tres participantes, el cerebro criminal extrajo la tarjeta SIM del dispositivo y procedió a formatearlo para eliminar cualquier rastro de su participación en el atentado.
La investigación continúa
Las autoridades han establecido lo que denominan la “pista Caquetá” como línea principal de investigación, considerando que tanto alias “Andrea” fue capturada en Florencia como que “el Venezolano” residía en esa región. La fiscal Luz Adriana Camargo ha señalado que la evidencia apunta hacia ese departamento como el territorio desde donde se habría planificado el crimen.
La Fiscalía investiga posibles vínculos del Costeño con disidencias de las FARC y analiza por qué los preparativos del atentado comenzaron al menos dos días antes de que se realizara la convocatoria oficial al evento político. La hipótesis de motivaciones políticas detrás del atentado sigue siendo una de las principales líneas de investigación.
Con los cinco capturados, el caso del atentado del senador Miguel Uribe Turbay continúa desarrollándose para encontrar las causas del hecho.