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Cualquier barranquillero pensaría que “los bobales” que llamaba Álvaro Cepeda S. se habían extinguido. Pero no, están vivitos, gozando de buena de salud y disfrutando de las mieles del poder político, económico, gremial y social. Este sainete del derrumbe del puente de la calle 30 parece comprobarlo.

Y acerca del mantenimiento del mismo, las autoridades locales dicen: “a nosotros no nos corresponde. Les corresponde a las autoridades de más allá”. Las autoridades de más allá dicen: “a nosotros no nos compele. Le compele a los de más, más allá (autoridades nacionales). Las autoridades nacionales sostienen: “En 2020 se estableció un compromiso ente la Gobernación, el Distrito, la ANI y el Invías que quedó en el limbo”. Una verdadera tragedia que “los bobales” no alcanzan a dimensionar y es que cualquier cosa que suceda en esta importante vía, afecta la economía de Barranquilla, empezando por la conexión con el aeropuerto y siguiendo conque es la vía de entrada y salida de los municipios del ala oriental del Departamento y de algún sector del interior del país.

“Los Bobales” muy “in pectore” pensarán, parodiando a Miguel A Caro: “Barranquilla, te adoro en mi silencio mudo”.

Jairo E. Restrepo V.