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Para nadie es un secreto que atravesamos por una de las crisis más duras de nuestro tiempo actual. Barranquilla, no es la excepción, luego de la tormenta sanitaria, a las orillas costeras de la arenosa está llegando el huracán de la crisis económica; los más afectados: bares, discotecas y el turismo. Con todo el caos encima, el distrito tiene la tarea titánica de restablecer la confianza inversionista, atraer el arribo de turistas y sobre todo mantener la satisfacción de los actuales contribuyentes.

¿Cómo lograrlo? La respuesta no es sencilla y requiere de mucho esfuerzo político para impulsar los proyectos urbanísticos que la ciudad requiere, primero, el distrito podría lanzar proyectos de colaboración privada para rescatar el centro de la ciudad, mejorando la seguridad y la infraestructura, para lograr mejorar la imagen de posicionamiento que tiene el centro e impactar en el imaginario colectivo con campañas publicitarias, donde se invite a redescubrir el centro y toda la historia oculta que hay en sus calles olvidadas, promocionando además la asistencia a los centros culturales de la ciudad.

Finalmente, para atraer turistas a una ciudad, se necesitan maravillas que mostrar, Barranquilla tiene sin duda innumerables lugares muy atractivos, como la ventana al mundo, el malecón del rio, entre otros, pero se requiere un mayor esfuerzo de inversión, para lograr proyectos como un zoológico en la isla parque salamanca, esto sin duda sería una atracción, tanto para los locales como para turistas, además este tipo de proyectos, requiere una gran capacidad ingenieril que a su vez se traduce en nueva fuentes de empleo; también podemos pensar en el desarrollo de parques que impulsen el turismo a lugares como bocas de ceniza, los senderos ecológicos cercanos a la ciudad, ecoparques, lo cual brindaría una alternativa de salvamento al sector turístico.

Luis D. Paternina Espitia

Estudiante de Ingeniería Industrial. Uniatlántico