Parecido a una “cancha de fútbol”, la tarulla viste kilómetros del embalse El Guájaro y, con su presencia, dificulta la faena de la comunidad pesquera de los municipios de Manatí, Luruaco, Repelón y Sabanalarga desde el mes de junio.
Representantes de este gremio denuncian que esta planta se mueve conforme al viento y que, actualmente, se encuentra en el corregimiento de La Peña, en Sabanalarga.
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Miguel Cabrera Castillo, vocero de la Fundación Cultural y Pesquera del Corregimiento Aguada de Pablo, señaló que la población se encuentra preocupada por esta problemática, ya que dicho sector de Sabanalarga sobrevive de la pesca.
“La única economía de este pueblo es este cuerpo de agua, porque por aquí casi no se cultiva yuca por problemas de que los campesinos no tienen dónde sembrar. Entonces, como te digo, la economía de este pueblo se basa en este cuerpo de agua”, expresó Cabrera.
Como posible solución, el habitante sugirió a la Corporación Autónoma Regional del Atlántico (CRA) pagarle a los pescadores un salario para retirar diariamente esta planta del agua.
“Esa es la manera de eliminarla. Porque, de lo contrario, cuando las aguas del Guájaro suben y comienzan a soplar los vientos, ella se dispersa. Y cuando se amontona en grandes cantidades, ya no se puede hacer nada”, sentenció.
Explicó que, al llegar diciembre, la tarulla se amontona en el norte y allí empieza a descomponerse. Al hacerlo, la semilla queda en el suelo seco porque los niveles del embalse bajan, y cuando arriba la temporada de lluvia en abril y mayo, vuelve a nacer.
Afectaciones a la pesca
A su turno, Humberto Currea Yepes, presidente de la Fundación de Pescadores y Ambientalistas de Luruaco, detalló que, cuando se reproducen en abundancia, estas plantas se compactan y se convierten en una “especie de concreto” que impide que las canoas lleguen al fondo del embalse.
“Quedan atrapadas y eso impide que los pescadores realicen su faena y capturen los peces, especialmente las mojarras doradas, que son las más comunes allá. Esos peces son los que venden y consumen, y de eso depende la subsistencia de mucha gente”, indicó Currea.
Notificó que lo único que pueden extraer actualmente del cuerpo de agua es arenca y barbudo; lo que está bloqueando la cadena de pesca y dejando sin recursos a los pescadores. Esta situación, aseveró Currea, obliga a que la comunidad dedicada a este oficio opte por el mototaxismo o, incluso, migrar.
“La tarulla impide la productividad de la pesca automáticamente y también reduce el oxígeno en el cuerpo de agua. La tarulla, en la cantidad en que está ahora, bloquea la cadena de pesca y esto está generando hambruna y desplazamientos de los pescadores, que se ven obligados a dedicarse a otras actividades, como mototaxismo o migrar al Quindío y al Magdalena para recoger café, entre otras cosas”, explicó.
El también pescador puntualizó que el propósito es mantener la pesca productiva y capturar en abundancia, pero el panorama actual lo complica. Por ende, instan a las autoridades a atender la situación.
“Lo que queremos es que la CRA trabaje de manera fuerte con las asociaciones de pescadores para generar ingresos y que ellos puedan mantenerse en la pesca artesanal. Por eso estamos pidiendo sensatez al Ministerio de Ambiente y a la CRA, para que, primero de manera manual y luego de manera industrial, se trate de generar empleo y productos derivados de la tarulla”, culminó.
Respuesta de la CRA
En conversación con Ayari Rojano, bióloga de la CRA, la funcionaria expuso que no es aconsejable retirar la tarulla en épocas de aguas altas, porque "lo que ocurre en Aguada de Pablo y en La Peña, es que el viento ubica la tarulla allí. Entonces, independientemente de que la retiremos, al día siguiente volverá a estar en el mismo punto", señaló.
De esa forma, lo que la corporación hace es esperar que bajen las lluvias, ya que en época de “aguas bajas” esta planta se amontona en sitios específicos y es más fácil retirarla de forma manual, ya sea con maquinaria o de forma artesanal a través de pescadores o jornales.
“Nosotros estamos interviniendo el embalse desde hace algunos meses. Desde hace tres meses, exactamente, hicimos la limpieza de los caños Porvenir y Villa Rosa; el mantenimiento del sistema de compuertas, tanto en el Porvenir como en Villa Rosa; y el mantenimiento de los muros de contención en Aguada de Pablo y en La Peña”, informó Rojano.
¿Por qué hay “sobrepoblación” de tarulla?
De acuerdo con Rojano, esta planta foránea se encuentra en sitios donde hay alta presencia de materia orgánica (eutrofización). Precisó que la mayoría de corregimientos que se encuentran alrededor de un embalse no tienen sistemas de tratamiento de aguas residuales, por lo que toda esa carga orgánica termina en el cuerpo de agua.
"Eso no quiere decir que el agua del embalse esté contaminada, simplemente que tiene alta carga de materia orgánica en algunos momentos del año, lo que genera que en épocas de aguas altas o de lluvias prolifere la tarulla", aclaró.
Asimismo, enfatizó que esta plántula no es tan perjudicial, puesto que ofrece resguardo para los alevinos y los peces. De esta manera, mencionó que lo que se debe realizar son acciones de control para que no haya una amplia proliferación que termine siendo incontrolable: “es más un tema de control que de erradicación”, sentenció.