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La educación superior en Colombia se enfrenta a una serie de retos. El acceso limitado y la falta de financiamiento para miles de jóvenes son algunos de los desafíos que instan a la implementación de nuevos modelos educativos, que respondan a las necesidades del mercado actual, marcado por la inteligencia artificial, la globalización y nuevas exigencias laborales.

Así lo advirtió Alberto Roa Varelo, rector de la Universidad Tecnológica de Bolívar (UTB), quien a partir de su liderazgo esta alma mater ha apostado por transformar su estructura académica y pedagógica para responder a las necesidades del presente.

“Estamos en un punto de inflexión. El país aún no ha resuelto los problemas del pasado y ya enfrenta los retos del futuro”, asegura el académico con más de 30 años de experiencia en la región Caribe.

De igual manera, señaló que la UTB cuenta con dos campus en la ciudad de Cartagena y que entre sus aulas se forman actualmente unos 6.200 estudiantes de pregrado y posgrado, además de los que optaron por programas de educación continuada.

Contó que esta institución es organizada hoy en tres grandes escuelas interdisciplinarias: Ingeniería, Arquitectura y Diseño; Negocios, Leyes y Sociedad; y Transformación Digital, apostándole por un modelo más ágil y moderno que responde a los perfiles y necesidades del estudiante actual.

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“Diseñamos trayectorias de formación que respondan no solo al mundo laboral, sino también a la realidad de los jóvenes en Colombia. Que formen ciudadanos críticos, competentes, capaces de interactuar en ambientes multiculturales y complejos”, explicó Roa.

Barreras a derribar

Desde la mirada del rector Roa, las problemáticas que afectan a la educación superior trascienden las fronteras de su institución. Por tal motivo, su diagnóstico es claro: la cobertura es insuficiente si se compara con países de la Ocde, por lo que se siguen dejando a muchos jóvenes por fuera del sistema.

Asimismo, Roa criticó el debilitamiento del sistema de crédito estudiantil, particularmente del Icetex, institución que en el pasado permitió a miles de jóvenes ingresar a la universidad privada.

“La principal barrera para entrar a las universidades sigue siendo la financiera. En lugar de fortalecerlo, hemos visto un proceso de marchitamiento. Necesitamos un sistema de crédito más justo, con tasas más bajas y pagos contingentes al ingreso. Que los jóvenes solo empiecen a pagar cuando tengan ingresos y hasta cierto porcentaje de ellos”, expresó.

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Al margen de esta crítica, Roa reconoció los avances logrados en las últimas décadas: “Hace 30 años, la cobertura en la región Caribe era de apenas el 20 %. Hoy hemos crecido. Hay más universidades acreditadas, más profesores con formación doctoral, y una mayor conciencia sobre la calidad”.

Para el educador, la solución pasa por rescatar el carácter mixto del sistema educativo colombiano, en el que universidades públicas y privadas cooperen en la ampliación de oportunidades y se construyan mecanismos de financiamiento que no ahoguen a los estudiantes ni a sus familias.

Soluciones a futuro

Explicó que mientras el país debate con lentitud dichos temas estructurales, el mundo cambia a una velocidad mayor. Subrayó que Colombia aún no ha iniciado el análisis de los desafíos del futuro educativo en aspectos como el impacto de la inteligencia artificial en la docencia, el rediseño de las pedagogías, la internacionalización y el desarrollo de nuevas habilidades humanas y profesionales.

“La educación del futuro exige flexibilidad curricular, autonomía intelectual, habilidades interculturales y dominio de lenguas extranjeras. No podemos seguir formando con esquemas rígidos a jóvenes que vivirán en un mundo volátil y cambiante”, reflexionó Roa.

En ese camino, indicó que la UTB ha emprendido una reforma académica. Entre sus pilares se encuentran el rediseño de competencias por programa, el fortalecimiento de habilidades blandas, la reducción en la duración y número de créditos, mayor interdisciplinariedad y flexibilidad, así como la incorporación activa de tecnologías como la inteligencia artificial en las aulas.

También referenció la creación de una nueva Vicerrectoría de Autonomía y Éxito Profesional, encargada de diseñar rutas formativas centradas en el desarrollo integral del estudiante. Además, se exploran esquemas híbridos de enseñanza que combinan lo presencial con lo remoto, sin abandonar el valor del encuentro cara a cara como componente esencial de una educación universitaria de calidad.