'A la orden, niña, le tenemos la pinta carnavalera. Todo lo que desee para las fiestas...'. Expresiones como esta se alcanzan a escuchar mientras se camina la tradicional feria artesanal ubicada en la calle 72 entre carreras 44 y 46, alrededor del estadio Romelio Martínez, que desde principio de año empezó a combinar sus habituales productos con los disfraces típicos de Carnaval.
Disfraces de marimondas, monocucos y negritas puloy, entre otros, se mueven al compás de la brisa mientras son exhibidos junto a zapatos, sombreros, collares y uno que otro producto curioso y llamativo.
'Venga, que hacemos rebaja', exclama otro vendedor, a la vez que ofrece antifaces alusivos a la fiesta más importante del país.
Recorrer esta feria se ha convertido en paseo obligatorio en esta temporada. Solo se necesitan zapatos cómodos y dinero a la mano para poder comprar productos de los que fácilmente se puede antojar.
Armando la pinta. Si la idea es salir de lo viejo y buscar algo que esté a la moda, esta feria es ideal para encontrarlo. Los cerca de 200 stands –según cifras de las asociaciones de artesanos adscritas– que conforman la feria ofrecen variedad e innovación.
'Este año se ha ‘pegado’ una nueva tela con la que están haciendo de todo: shorts, blusas tipo campesina, pantalones, hasta camisas para caballero', expresó Aimeé Vargas, propietaria del puesto Carnaval Store. La comerciante, que lleva tres años participando en la feria, ofrece las blusas en $60.000 y pantalones a $55.000. 'La tela consiste en malla con lentejuelas y un bordado hecho con cola de ratón', añadió Johana Calanche, quien también vende esta ropa.
Para quienes buscan protegerse del Sol, pero estar a tono con el Carnaval, pueden buscar las gorras que hacen alusión a María Moñitos o las marimondas. 'Estas gorras son bastante llamativas y novedosas. La gente las ha buscado bastante', explica Juan Carlos Llamas, expositor de la feria desde hace 23 años. En su puesto, ubicado a un costado de la carrera 44, también se aprecian bolsos manos libres con el rostro de la marimonda.
'Las gorras de María Moñitos las tengo a $27.000, y las de marimonda, a $20.000. Los bolsos pequeños los vendo en $15.000', explica el experimentado comerciante.
Esa figura de grandes ojos y nariz que nunca pasa de moda ha tomado más protagonismo este año. Por eso, las corbatas de la marimonda tampoco se escaparon de su desparpajo y se ‘colgaron’ en esa prenda que se emplea para burlarse de la seriedad.
'Hace cinco años que estoy haciendo este estilo, pero antes las había hecho con negritas y congos, y este año ha sobresalido bastante la de la marimonda', comentó Ángela Coronel, artesana de la feria que cumple siete años participando.
Las corbatas de niños las vende en $15.000, mientras que las de adultos se consiguen por $20.000, pero admite que los precios se pueden ajustar de acuerdo a lo que ofrezca el cliente.
Steve Harvey, en furor. Llegar a la ‘Plaza del icopor’ –en la carrera 39 con Paseo Bolívar– por un aplique del recordado presentador de Miss Universo, Steve Harvey, se ha convertido en toda una odisea. 'No he terminado de hacer el muñeco cuando ya las personas me lo están comprando. Con decirle que no he podido poner uno afuera para muestras', explicó Jhovani Colón, quien cumple 15 años trabajando con ese material.

Jhonvani Colón dándole los últimos retoques al aplique de Steve Harvey, el presentador de Miss Universo.
Los apliques del popular presentador que miden un metro de alto se venden en este punto de la ciudad a 7.000 pesos.
Recorrer Barranquilla buscando a este personaje evidenció que ha sido muy solicitado. 'Nosotros hicimos uno de dos metros y era idéntico, lo encargaron para una empresa. Además, hicimos el rostro de Steve a una medida de 50 centímetros', explicó Didier Brito, vendedor de un local de decoración ubicado en la calle 75 con carrera 44 esquina.
Lo que también ha tenido bastante aceptación son las cayenas. 'Aquí las vendemos a $8.000 cada una. Las hay de todos los colores o como las pidan', añadió Didier.
Entre lo que sí sobresale en el Paseo Bolívar son las frases con letras de canciones, como El taxi, de Pitbull, y El látigo, de Martín Elías, además del mosquito que transmite el virus del Zika.
Aunque en Carnaval todo se vale y se crea que la ropa no necesariamente deba combinar, el estilo también se ha impuesto en esta temporada festiva, haciendo cada vez más exigente el ‘código de vestuario’ para aquellos que deseen gozarse la fiesta con todas las de la ley.