En Puerto Colombia ‘nueva york’ es un adjetivo y Henry de León, habitante porteño desde hace 57 años, lo ratifica: 'Cuando algo está ‘nueva york’ es evidentemente nuevo', recalca Henry que se describe como un bacán, mientras camina por la plaza, sin esquivar el brisón, con su cachucha azul para aplacar el solazo de las tres de la tarde.
En un diccionario tan ‘nueva york’, 'como la pinta del 24', está consignado ahora el colorido uso del lenguaje que se habla en Puerto Colombia y sus contornos –incluyendo Barranquilla–. Se trata del fanzine Brisas del Atlántico, una publicación de bajo presupuesto diseñada por la artista y comunicadora social Diana Marcela Cuartas, una caleña que desarrolló el proyecto desde la plataforma de arte independiente La Usurpadora.
'Se trata de un panorama del lenguaje popular porteño desde una perspectiva ‘cachaca’ realizado con el ánimo de cogerle el ritmo a esa cotidianidad, al fin y al cabo todo en Puerto Colombia es cuestión de ritmo, y el lenguaje baila al ritmo de las brisas del Atlántico', expresa el prólogo del fanzine.
En un recorrido por las primeras páginas del libro se encuentra el sonoro adjetivo de acabarropa, cuya definición está claramente distinguida por el mototaxista Samir Hoyos.
'Así le dice uno a la gente que es parásito, zánganos que no trabajan', expresa Hoyos quien esboza en su discurso sobre el trabajo honrado otros términos del diccionario popular.
'A veces quedo enyesao cuando no me pagan la carrera, pero yo la paso mono, bueno, bacano', dice con un aire relajado mientras espera a la sombra la siguiente carrera del día.
Para los turistas que deambulan Puerto estos términos pueden crear confusión, por eso el diccionario incluye la palabra enyesado que es un adjetivo aplicado a alguien que ha sido víctima de una estafa. Por su parte mono hace referencia a algo 'muy chévere, fino, bacano y original'; pero también puede cumplir las funciones de sustantivo al señalar a una persona que tiene el cabello claro. Mono, en la creatividad Caribe, ha llegado a usarse como un sinónimo de el Sol.
Brisas del Atlántico, aunque recopila palabras de uso informal, no fue hecho ‘a la bulla de los cocos’, hace parte de un proceso del Programa de Pasantías Nacionales del Mincultura. Para la autora la intención es darle protagonismo al lenguaje coloquial.
'En la manera en que la gente habla y se inventa expresiones, palabras, uno puede leer los discursos que se mueven en una ciudad, las situaciones que vive la gente', señala Cuartas.
En el cambio de panorama, cuando la explicación académica de la artista pasa a segundo plano, se escucha a alguien gritar: 'Eso está cachureto, como la mesa esta que está que se cae', dice Ingrid Calderón, una vendedora de minutos de la plaza de Puerto Colombia.
Calderón explica sin tapujos que cuando alguien ‘deja el pelero’ quiere decir que se fue y las personas ‘metemono’ no las soporta: 'se creen mucha cosa y no son ná', sentencia la porteña que no se deja enyesar en su trabajo.
Estudiando el lexicón. Para Diana Marcela Cuartas estudiar el lenguaje ha sido todo un ‘empaquite’ – según el diccionario concentración o emoción muy profunda por algo–, tanto así que el primer compilado de palabras lo hizo en su tierra, Cali, donde publicó Caleño sin barreras y desde entonces orientó sus esfuerzos a descubrir, en un ejercicio de investigadora externa, las particularidades del lenguaje del Atlántico.
Para María Isabel Rueda, artista promotora del espacio de arte independiente La Usurpadora, el proyecto involucró de manera directa a la comunidad en un ejercicio por registrar la jerga local. 'Es divertido que el diccionario incluya ejemplos con expresiones completas y así te remiten a otras palabras. Se convierte como un juego y al tiempo es un elemento útil para que los visitantes de otras ciudades y países entiendan el uso del lenguaje local', comenta Rueda.
Sin embargo el uso lingüístico local ya ha sido abordado en otras investigaciones como la recopilada en los libros el Lexicón del Departamento del Atlántico, El lexicón del Carnaval y Sociolingüistica urbana, escritos por el docente e investigador Alejandro Espinosa, quien coordina el grupo de investigación Comunicación y Región en la Universidad Autónoma del Caribe.
'Las lenguas, entre más lejos estén de la lengua madre se transforman. En Puerto Colombia y el Caribe el idioma toma elementos del contexto en el que se genera la comunicación', afirma Espinosa, quien nombra de su repertorio Caribe palabras como ‘muellera’, que es relativo al famoso muelle del municipio.
Al margen de los estudios académicos, el señor Henry de León no pierde oportunidad de usar su lenguaje autóctono para los propósitos más nobles: saludar al primer ‘bollito’ que se le cruza en la calle.
'Es que no es pecado decirle a una muchacha, con todo respeto, que es un bollito !arajo!', expresa con una carcajado sonara desde la sombra de un atardecer junto al mar.
Fragmentos
A continuación algunas palabras definidas en ‘Brisas del Atlántico’, un proyecto apoyado por el Ministerio de Cultura.
A la bulla de los cocos exp. Indica que algo se hace de manera poco planeada y sin reparar mucho en su calidad.
acabarropa adj. que es holgazán y no tiene mayor oficio ni beneficio que aportar a la sociedad además de ocupar espacio y gastar ropa pues el ocio lo posee.
Brete m. Situación problemática y ruidosa.
Chaza f. Pequeña tienda informal de estructura improvisada.
Cruce m. favor. // Transacción no convencional.
Dormirse en el veneno expr. Confiarse, bajar la guardia ante una situación.
Esnaqui f. Esquina.
Geva f. Manera de referirse a una mujer, chica, muchacha, lea.
Kz f. Caseta. Generalmente se refiere a los establecimientos ubicados cerca a la playa en donde se puede tomar una cerveza, comer algo y escuchar música.
Irse de pelo verb. Salir en plan de conquistar a alguien.
Jala-jala m. Alboroto, caos bullicioso.
La raya f. Manera de referirse a linea recta que marca la frontera entre Maicao (La Guajira) y Venezuela.
Llóralo interj. Expresión que se usa para activar sentimientos de envidia en el otro cuando no puede o no es bienvenido a participar de alguna cosa.
Manyar verb. Tomar los alimentos.
Mechera f. Encendedor.
Milanta sust. Unidad monetaria equivalente a mil pesos oro.
Montao en la patineta expr. que se encuentra enajenado por una determinada cosa, situación o actividad, al punto de desconectarse de las referencias de lo real.
Pasado de maracas expr. Que se sale de las normas, que realiza algo extraordinario para bien o para mal.
Pereque m. Molestia, problema. Complicación nimia e innecesaria.
Repechaje m. porción extra de algún alimento o bebida.
Shory f. Mujer adolescente bonita.
Visaje m. Complicación.
Yeré m. Situación alegre y de pleno disfrute.
Zonaron interj. expresión similar a zona utilizada para llamar la atención sobre algo extraordinario, increíblemente bueno o asombroso.
Otra ‘Llave’ Maestra
La palabra de esta esquina Caribe tiene otro texto amigo o ‘llave’ que expone la forma en que se habla aquí: Sociolingüística Urbana de Barranquilla, escrito por los lingüistas Alejandro Espinosa y Adelaida Salcedo, publicado por la Universidad Autónoma, demuestra el modo particular que el barranquillero emplea en el uso del lenguaje.