Es descubrir la ganancia de la ética en el tiempo de la utilidad por el encuentro de los principios definidores de la personalidad. La virtud de quien logra desarrollar la habilidad necesaria para cultivar los afectos sinceros.
Un líder confiable no sólo guía, transforma, y esa transformación comienza con la autenticidad y la coherencia cotidianas, creando conexiones más humanas y auténticas, relaciones más sólidas y un liderazgo que trasciende más allá de la posición.
Para el Caribe colombiano, Venezuela no es una historia lejana. La vemos en nuestros barrios, en nuestras empresas y en nuestras calles, a través de millones de venezolanos que llegaron buscando lo que su país les negó. Su tragedia es también una lección cercana.
Lo que preguntan por ahí
No desmerezco a figuras como Sergio Fajardo o Juan Carlos Pinzón; son candidatos serios, con propuestas respetables. Pero si en la contienda hay un costeño con igual preparación, liderazgo y visión, nuestra obligación moral y estratégica es respaldarlo sin titubeos. Es hora de aprender de los paisas: ellos se apoyan, se proyectan y defienden a sus líderes con convicción.