Esto sí es amor por la camiseta
Un hincha tiene una colección de más de 60 casacas de Junior.
Su clóset es un museo del Junior. Joan Eduardo Nieto Bolívar guarda con máxima protección un montón de piezas rojiblancas, como si tuviera La Mona Lisa metida en su vestidor. Para él, las más de 60 camisetas de Junior que cuelga y acomoda en su armario son tan valiosas como la famosa obra pictórica del italiano Leonardo da Vinci.
Joan Eduardo, barranquillero de 32 años, se pinta a futuro con la mayor colección de camisetas rojiblancas de Barranquilla. La suya debe ser una de las más apreciables. Posee camisetas de los 70, de los 80, 90 y todas las de los últimos años.
“Tengo planeado un museo para Junior con camisetas y otras cosas. Siempre me ha gustado investigar sobre la historia del equipo, es algo que me apasiona mucho”, dice el joven que comenzó con su recopilación a finales de 2011, a través de un conocido que hacía lo mismo, pero sin tomárselo tan a pecho como él se lo ha tomado.
“Yo guardo esas camisetas como tesoros, las más antiguas con plásticos, están bien cuidaditas y las conservo en buen estado”, explica.
El amor que este tecnólogo, estudiante de inglés, que labora ofreciendo catálogos de productos alimenticios tienda a tienda, siente por la casaca de Junior es tan grande que pagó $1.235.000 por dos camisetas, 635.000 por la que usó el argentino Roberto Gasparini en 1985 y 600 mil por una de 1978 que vistió el también gaucho Carlos Alberto ‘El Pinza’ Vidal.
“La primera se la compré a un coleccionista de Rosario (Argentina) que contacté a través de internet, la otra a uno que colecciona camisetas de América”, cuenta Joan, que tuvo la oportunidad de ponerle a la camiseta del 76 el autógrafo de Vidal que visitó recientemente a Barranquilla.
“Esa es mi camiseta, me dijo apenas la vio”, recuerda Joan sobre su encuentro con el exjugador.
Lo de este juniorista no es solo moda, es pasión y conocimiento. Recolecta camisetas y datos históricos sobre cada una de ellas. Habla con propiedad del historial de uniformes rojiblancos.
“Aunque dice que es un hobby que requiere “dedicación, sacrificio y plata”, seguirá adelante. Todavía no tiene la nueva piel del tiburón, pero la tendrá porque definitivamente él sí siente amor por la rojiblanca.
