El viernes en la noche José Rosales Cortina estaba adormitado, con un sueño intranquilo porque dos días antes había tenido que ponerse al frente de la primera emergencia y, dicho y hecho, a las tres de la madrugada- como se lo había dicho uno de los campesinos de uno de los corregimientos cercanos- el agua del río Magdalena se llevó por delante el dique en inmediaciones de la finca Pekín y, en un abrir y cerrar de ojos, inundó la mitad del municipio de Plato y siete de sus corregimientos.
MUCHA AGUA.
“Esta inundación es superior a la registrada hace dos años”, dice Rosales Cortina, Alcalde de Plato, quien calcula que tiene ahora, por lo menos, 32 mil damnificados por atender. (El Municipio y su densa zona rural tienen unos 41 mil habitantes). “Esto se nos sale de las manos. Ya hablamos con Prevención Nacional, con la Cruz Roja, Bienestar Familiar y la Gobernación del Magdalena”.
Julián Corro, presidente de la Fundación del Festival del Hombre Caimán –cuya versión número 22 debía realizarse del 16 al 19 de este mes y automáticamente fue suspendida- cuenta que él estaba medio dormido, luego de revisar numerosos documentos del evento, cuando escuchó las voces angustiosas que venían de la calle.
“Me asomé a la ventana y vi a la gente que corría con colchones, taburetes, ollas, televisores y las tablas de las camas. Otros llevaban sus gallinas, sus gallos, los perros y hasta los gatos. Todos corrían en busca de un sitio seco para guarecerse”, dice Corro, quien también corrió, porque algunos de sus colaboradores viven justo en el sitio por donde el Magdalena rompió el boquete.
Minutos después se fue el fluido eléctrico y las plantas de Telefónica- Telecom tuvieron que ser apagadas. El pueblo quedó a oscuras e incomunicado. Aunque ya a la media mañana de ayer se restablecieron estos servicios, según el gerente de Telefónica en esa zona Juan Diego Hernández.
“Esta creciente fue bien macha, porque superó el muro, que hace seis meses, con una millonaria inversión de Cormagdalena, terminaron las obras de reforzamiento. Le subieron metro y medio al terraplén. Pero el Magdalena no respeta pinta. Y, lo peor, es que sigue lloviendo. Hoy (ayer) nos cayeron tres tremendos aguaceros, para agravar la situación”, dice Jaime Navarro, jefe de prensa de la Alcaldía. Todo está bajo el agua. La iglesia, la alcaldía, las tres sedes bancarias y hasta la casa del alcalde. Todo es angustia.
Algunos plateños empiezan a desconfiar de la calidad de las obras recientemente inauguradas. Recordaron que hace dos semanas algunos hombres de mayor edad advirtieron que el dique no tenía la fortaleza suficiente para aguantar la furia del caudaloso río y las ciénagas vecinas, que están llenas a reventar desde hace varios días.
El alcalde Rosales Cortina hizo anoche un dramático llamado para que le envíen ropa, medicamentos, comida, colchonetas, sábanas y sacos para llenarlos de arena y tratar de tapar algunos sectores para que la corriente no siga causando daño. También se requiere con urgencia maderos y plásticos para improvisar cambuches, pues los posibles sitios de albergue (iglesia, colegios y parques) en su mayoría están bajo el agua.
UNA HISTORIA QUE SIGUE VIVA
En los corregimientos de Zárate, Cerro Grande, San José del Purgatorio, San Antonio del Río, Los Pozos, El Carmen del Magdalena y Buenavista no tienen un centímetro seco. “Y lo peor es que el Río sigue creciendo. Hay también mucho miedo en Zambrano, Bolívar (el Municipio más cercano), porque allí también el Río está a punto de desbordarse”, dice Julián Corro, uno de los plateños mejor documentados sobre la leyenda del hombre que se volvió caimán por estar de enamorado y se vino para Barranquilla arrastrado por la corriente . Lo que no se ha sabido nunca es si el famoso saurio terminó en el vientre de los tiburones de Puerto Mocho.
PLATO.
Por: Rafael Sarmiento Coley


