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Como la crisis más compleja y grande que ha afrontado el Sistema Nacional de Salud, en especial el régimen Subsidiado, definió ayer el ministro Alejandro Gaviria lo que encontró en su sector.

Hospitales al borde del cierre y prestando un deficiente servicios; deudas acumuladas con trabajadores, proveedores y contratistas son, entre otros, los problemas identificados.

EL HERALDO conoció que un consolidado de las deudas tanto del régimen Subsidiado como del Contributivo, en poder de congresistas, asciende a $6,7 billones. Solo en Bogotá las EPS les deben a la red hospitalaria, colapsada por sus pésimos servicios y pagos atrasados a trabajadores y contratistas, más de $250 mil millones.

Como parte de la solución, Gaviria anunció una reforma estatutaria que, en quince días, presentará al Congreso. Además, está buscando la forma de conseguir rápido, con el apoyo del Parlamento, recursos que permitan atender las situaciones más apremiantes.

Hace un mes, entre otras medidas, el presidente Juan Manuel Santos anunció que desaparecerán las EPS que no tengan capacidad financiera para prestar un servicio eficiente.

En ese sentido, la contralora general, Sandra Morelli, cuestionó un informar que Fedesarrollo hizo sobre la crisis y en el que no se refirió a la gran responsabilidad que tienen las cuestionadas EPS, que, según el ente de control fiscal nacional, acuden a toda clase de trampas para no prestar un eficiente servicio a los usuarios y hasta para no dejarse auditar.