Ministros de Relaciones Exteriores y representantes diplomáticos de 17 países de América condenaron el martes la ruptura de la democracia en Venezuela, y desconocieron la reciente instalación de una Asamblea Constituyente, en una reunión en Lima.
También entregaron 'su pleno respaldo y solidaridad con la Asamblea Nacional', de mayoría opositora, 'democráticamente electa'.
En el documento, suscrito tras siete horas de reunión en la capital peruana, mostraron también 'su condena a la violencia sistemática a los derechos humanos y las libertades fundamentales, a la violencia, la represión y la persecución política, a la existencia de presos política y la falta de elecciones libres'.
En el acta, suscrita tras siete horas de reunión en la capital peruana, condenaron también 'la violencia sistemática a los derechos humanos y las libertades fundamentales, a la violencia, la represión y la persecución política, a la existencia de presos política y la falta de elecciones libres'.
La Asamblea Constituyente, un 'suprapoder', legislará hasta por dos años –más allá de la culminación del mandato del presidente Nicolás Maduro- para reescribir la Carta Magna de 1999 y al mismo tiempo tomar otras decisiones de efecto inmediato.
Para la oposición, que no participó en la conformación y elección de sus miembros, esta entidad permitirá que Maduro se perpetúe en el gobierno