Yoshihide Suga asumió ayer el cargo de primer ministro de Japón con una promesa de continuidad respecto al Gobierno de su predecesor, Shinzo Abe, y afirmó que 'contener la pandemia y revitalizar la economía' serán sus máximas prioridades.
Suga, quien fue artífice entre bambalinas del prolongado periodo en el poder de Abe, completó los procedimientos necesarios para convertirse en jefe del Ejecutivo, un movimiento que se anticipaba desde que el pasado lunes resultó elegido nuevo líder del partido gobernante.
El político de 71 años fue ratificado como primer ministro en el Parlamento nacional, controlado ampliamente por el Partido Liberal Democrático (PLD) y su socio de Gobierno, durante una sesión extraordinaria convocada para cumplir este trámite y posteriormente juró su cargo ante el emperador Naruhito.
'Debemos continuar con las políticas del Gobierno de Abe para hacer progresos y mirar adelante. Esa es la misión que se me ha asignado', dijo Suga en su primera comparecencia ante los medios como primer ministro en sustitución de Abe, quien anunció su dimisión a finales de agosto por razones de salud. 'La tarea más importante que afrontamos es contener la pandemia', afirmó el nuevo líder nipón, quien destacó en concreto la necesidad de 'evitar un nuevo crecimiento explosivo de los contagios' y garantizar la sostenibilidad del sistema sanitario público.
Ataviado con chaqué como manda el protocolo político en Japón para estrenar Gobierno, Suga confió además en poder contar con vacunas para toda la población nipona durante la primera mitad del año. Su otra gran prioridad será 'revitalizar la economía' tras el daño causado por el coronavirus.





















