Pensar en el Francia-Bélgica, una de las semifinales de Rusia 2018, es sentarse a manteles para disfrutar de una exquisita cena. ¿El menú? Kylian Mbappé y su alucinante talento o la finura de Eden Hazard. El Mundial vuelve a vestirse de frac camino a la final en Moscú.
Francia sepultó el sueño de Messi de convertirse en campeón del mundo con un Mbappé demoledor. Era inevitable comparar al prodigio Bleu de 19 años con aquel Pelé de inocentes 17 que maravilló al mundo en 1958.
Los Diablos Rojos belgas fueron la noticia en los cuartos de final. Amenazantes desde que llegaron a Rusia, sometieron al divo Neymar y a un pálido Brasil. Palmada en el hombro al astro del París Saint-Germain y deseo de buen regreso a casa.
La llamada ‘generación de oro’ de Bélgica igualaba lo hecho por aquel equipo de ensueño de Scifo, Ceulemans y Pfaff en México 1986, cuando llegó a las semifinales pero cayó rendido ante Diego Maradona.
Hazard, Lukaku, De Bruyne, Fellaini, Kompany, Courtois... y detrás de ellos un míster inteligente, metódico y silencioso como el español Roberto Martínez.
La que podría haber sido una final de etiqueta el próximo domingo en el fastuoso Luzhniki en Moscú es ahora una de las mejores semifinales que pudo haberse imaginado el Mundial de Rusia.
La joven Francia de Didier Deschamps y los diablos belgas de Martínez hacen homenaje al ‘fútbol champán’, porque les sobran artistas para interpretarlo y se acogen al concepto del juego de conjunto, el que gana partidos por encima de la individualidad.
Los ‘Bleus’ encontraron poca resistencia en Uruguay para llegar a las semifinales, pero les bastó la inteligencia de Griezmann, la picardía de Mbappé y la solidez defensiva con un Kanté multipulmón para asegurar el pase.
Bélgica fue la del ‘jogo bonito’. La única selección en Rusia que ha ganado los cinco partidos que ha disputado. Compacta, experimentada, furiosa en el contragolpe y con un golero que perpetúa temporada tras temporada su altísimo rendimiento.
Es la hora de una generación de oro, que en Brasil se quedó en cuartos de final, tras ser eliminada por Argentina, pero que en Rusia busca una revancha de oro.
San Petersburgo será el escenario mañana para que el Mundial vuelve a vestirse de frac.





















