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El 2019 marcó un antes y un después en la vida de Isamar Arenas Cacarí, una mujer de nacionalidad venezolana que a sus 29 años debió poner en pausa su licenciatura en Administración y decirle adiós a todo lo que conocía en el estado de Portuguesa, en Venezuela, para construir una nueva vida en Colombia, un país del que solo sabía el nombre.

{"titulo":"'Cada paso que damos es un impulso para crear equidad de género'","enlace":"https://www.elheraldo.co/sociedad/cada-paso-que-damos-es-un-impulso-para-crear-equidad-de-genero-1076781"}

Con un nudo en la garganta y un mar de sentimientos encontrados, tomó la poca ropa que logró meter en sus maletas, su pasaporte y toda fuerza de voluntad necesaria para darle la espalda a sus sueños, pero con la esperanza de brindarle un mejor futuro a la vida que crecía en su vientre desde hace apenas 6 meses.

'Terminando mi carrera salí embarazada y los médicos determinaron que se trataba de un embarazo de alto riesgo. En Venezuela atravesábamos por una crisis muy difícil, pues si tenía para las medicinas no tenía para comer, por eso junto a mi esposo decidimos irnos para Colombia', explicó Arenas.

Tomada de la mano de su pareja abordó un vehículo en el que iniciaría la travesía más arriesgada de su vida. Impregnada por el temor y el desconcierto de lo que sería su futuro y el de su familia, Isamar solo podía pensar en lo que había dejado atrás mientras veía por la ventana del bus que la llevaba a su nuevo destino.

{"titulo":" 'Nuestra razón de ser es la población con discapacidad': María Poulisse","enlace":"https://www.elheraldo.co/sociedad/dia-internacional-de-la-mujer-maria-poulisse-directora-de-la-fundacion-ce-camilo-nuestra"}

Maicao, La Guajira, le dio la bienvenida a este lugar del mundo, cargado de nuevas costumbres, acentos diferentes, y hasta inmerso en el estigma hacía las personas procedentes del país vecino, todo por las acciones incorrectas de un pequeño grupo de sus coterráneos.

Su destino final era Barranquilla, donde la esperaba su hermano, quien meses antes se había aventurado, logrando establecerse con la venta de bebidas energizantes en los semáforos.

El 7 de junio del 2019 es una fecha que Isamar lleva marcada en la piel, pues pisó suelo barranquillero, tierra a la que cuatro años después aún le agradece por recibirle con los brazos abiertos y un sinnúmero de oportunidades.

En un principio, Isamar, su esposo, y el bebé en el vientre dormían en una pequeña cama para niños, en la única habitación del apartamento en el que también vivía su hermano, cuñada y sus tres sobrinos. Además, la calurosa Barranquilla estaba haciendo estragos en el cuerpo de esta madre primeriza, que sufrió el impacto de los más de 35 grados.

{"titulo":"'Soy una luchadora incansable de los derechos de las comunidades'","enlace":"https://www.elheraldo.co/sociedad/soy-una-luchadora-incansable-de-los-derechos-de-las-comunidades-1076763"}

'Al principio fue duro por la cuestión del clima, aquí es más caluroso que allá en Portuguesa, donde hay muchos árboles, yo sentía que tenía unas ganas de regresarme, pero a la vez pensaba en la situación y decía: ‘ya estamos acá y hay que seguir’', relató la mujer que actualmente tiene 32 años.

Debido al hacinamiento, la pareja tomó la decisión de mudarse a una habitación más económica, ubicada en el barrio Las Ferias, en el municipio de Soledad. La situación no fue para sencilla, pues en ese pequeño cuarto solo pudo acomodar una colchoneta y elementos de uso diario, pero además, debía compartir un baño con las otras nueve familias que habitaban en el inquilinato.

'No teníamos un abanico, por eso me salió bastante sarpullido en todo el cuerpo, yo me rascaba la espalda con la pared, dormíamos en una colchoneta y cocinábamos en una estufa eléctrica y a veces no teníamos para la comida, solamente arroz con grano porque era lo único para lo que nos alcanzaba, porque mi esposo no había encontrado un empleo, ya que solo vendía aguas saborizadas en los semáforos', relató.

{"titulo":"Enith Acosta, una vida hecha para servir","enlace":"https://www.elheraldo.co/sociedad/enith-acosta-una-vida-hecha-para-servir-1076777"}

Cargada de resiliencia y virtud, cualidades que la definen, Isamar decidió darle una mano a su esposo e inició dando clases de refuerzo a los pequeños de su comunidad, tal y como lo hacía en su amada Venezuela.

Con el paso de los días las cosas fueron mejorando para Isamar y su esposo, quien consiguió un nuevo empleo vendiendo arepas; sin embargo, un incendio provocado por un corto circuito en la habitación de al lado fue la alarma que indicó que debían conseguir un nuevo lugar.

Tras permanecer por cinco meses en dicha residencia, lograron arrendar otro apartamento en el que podrían recibir a su bebé en mejores condiciones.

Crecimiento como líder comunitaria

Durante su embarazo, luego de los refuerzos, Isamar asistía a las charlas que la Organización Nacional para las Migraciones – OIM- adelantaba en el barrio Las Ferias, esto inicialmente con el propósito de dejar a un lado todos sus tormentos y dificultades económicas que enfrentaba en casa y que taladraban su mente.

'Yo salía era para entretener mi mente porque no podía estar en la casa, yo me ahogaba, me ponía a pensar tantas cosas, por ello, hice parte de un programa para embarazadas y ellos me ayudaron con algunos elementos y ropa para el bebé', afirmó.

Durante su etapa de gestación en Colombia, Isamar logró recibir controles prenatales y dos ecografías, a través de MiRed, con las cuales puedo conocer que su futuro bebé sería un varón sano y fuerte.

Ahora, con Carlos Javier en brazos, Isamar se sintió decidida a contribuir a su comunidad apoyando a sus coterráneos que arribaban al país para explicarles cuáles son las rutas de atención para recibir servicios médicos y además hablarles sobre temas de prevención de enfermedades.

{"titulo":"Tres mujeres que impulsan el talento humano a nivel nacional","enlace":"https://www.elheraldo.co/sociedad/tres-mujeres-que-impulsan-el-talento-humano-en-barranquilla-1076787"}

'Hay muchas personas que llegan aquí y no saben ni a dónde ir, ni siquiera con quién hablar para recibir apoyo como migrantes, entonces yo dije: ‘me voy por ahí’ y acepté hacer parte de estos programas de la OIM. Ellos me capacitaron, y desde entonces cuando llega alguien de Venezuela, me buscaban, les daba esa confianza porque también soy venezolana y he pasado por esto como todos ellos', manifestó.

Para Isamar su llegada a Colombia significó un 'renacer' y el descubrimiento de nuevas habilidades que desconocía podía desarrollar.

{"titulo":"Radiografía de un país que está empezando a entender el aborto","enlace":"https://www.elheraldo.co/mujer-e-igualdad/dia-de-la-mujer-8-de-marzo-aborto-libre-radiografia-de-un-pais-que-apenas-empieza"}

Transformando material reciclable en arte

A través de su trabajo, Arenas llegó hasta Acnur, donde hace parte del grupo ERAS, en el que forman a recuperadores ambientales, para que puedan transformar material reciclable en obras de arte.

'Nos han capacitado también en cuanto al liderazgo, comunicación asertiva y nos han ofrecido varios cursos. Siempre me han gustado las manualidades por eso decidí capacitarme en la transformación de estos materiales. Y es que con Acnur he aprendido a desarrollar mis habilidades, pero también a aplicarla y enseñarle a otras personas'.

Para esta venezolana, el reciclaje se ha convertido en la nueva fuente de recursos económicos para su familia a través de su arte. Y para esto, las redes sociales son la plataforma ideal para que Isamar pueda comercializar sus manualidades como: piñatas, decoración de fiestas, carteleras y maquetas.

Según datos de Migración Colombia 2023, más de la mitad de las personas refugiadas y migrantes provenientes de Venezuela son mujeres, quienes enfrentan las mayores barreras para la integración.

De acuerdo con Acnur la integración social es uno de los grandes desafíos que enfrentan mujeres como Isamar, pues existe barreras, como la discriminación de género y racial, la falta de acceso a servicios básicos como salud y educación, y la responsabilidad de muchas mujeres de ser madres cabeza de familias, lo que dificulta generar ingresos.

Además, suelen enfrentar desafíos adicionales como la violencia de género y la falta de redes de apoyo social, lo que complica aún más su integración completa.

Para abordar estas brechas, entidades como ACNUR está implementando diversas acciones estratégicas que promueven el acceso a derechos de las mujeres refugiadas y migrantes. Esto incluye fortalecer alianzas con actores clave como oficinas y secretarías de la Mujer, secretarías de desarrollo, la Agencia Pública de Empleo y el Ministerio de Trabajo, entre otros.

Rutas de atención y apoyo

Actualmente ACNUR Colombia cuenta con 71 Puntos de Atención y Orientación (PAOs) a nivel nacional. Los PAOs son un proyecto de ACNUR y la Corporación Opción Legal, donde las personas pueden obtener información útil sobre la protección de derechos y el acceso a servicios en Colombia.

Además, a través de Heartland Alliance, HIAS, Colectiva Justicia Mujer, Renacer, Corprodinco, se trabaja en la prevención y en gestión de casos de violencias de género.

Finalmente, ACNUR tiene bajo su responsabilidad la implementación de 3 Casas Seguras (2 en Cúcuta y 1 en Riohacha) que brindan respuesta integral a sobrevivientes de violencias basadas en género en alto riesgo.

Cifras

Según un estudio del Observatorio Migratorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, en el mundo hay 7’320.225 venezolanos migrantes, de los cuales, el 39,54 % están en Colombia. A octubre de 2022 se registró un total de 2’894.593.

Del total de ciudadanos venezolanos radicados en el país, el 51% son mujeres entre los 18 y los 49 años de edad.

Además, el estudio revela que el 59,85 % de los migrantes venezolanos a octubre de 2022 tienen Permisos por Protección Temporal (PPT) entregados, lo que significa 1’786.394.

Para 2023 las ciudades con la mayor tasa de migrantes afiliados al sistema de salud son: Cali, con el 56 %; seguida por Barranquilla, 38,2 %; Medellín, 37,3 %; Bogotá 32,2 % y Cúcuta con el 27,1 %,

De acuerdo con la Encuesta Pulso de la Migración del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), que se hizo entre el 1 de marzo y el 10 de mayo, en 400 hogares, la dificultad para encontrar trabajo es del 47,6 % y casi igual para hombres y mujeres.

En la encuesta se le preguntó a los migrantes entre marzo y abril de 2022 en qué actividad ocuparon la mayor parte de su tiempo los últimos siete días. El 57,9% dijo que estaba trabajando (73,5% para el caso de los hombres) y el 22,4% dedicado a oficios del hogar (40,5% para las mujeres).

En el 64,9% de los hogares con migrantes encuestados entre marzo y abril de 2022, viven niños, niñas o adolescentes (hasta los 17 años), de hecho, la mayoría viven en hogares de 4 personas o más (75,3%). De los hogares con niños, niñas o adolescentes, el 66,8% tienen menores entre los 2 y los 10 años.

Por su parte, de acuerdo a una investigación del Programa Mundial de Alimentos, entre el 52% y el 73 % de los migrantes en Colombia se encuentran en inseguridad alimentaria.