Extenuantes turnos de trabajo, lejos de sus seres queridos y la constante exposición al contagio son algunos de los sacrificios que el personal médico ha hecho durante los últimos meses para engrosar la primera línea de batalla contra la covid-19.
Por eso, el Gobierno nacional tomó la decisión de priorizar a esta población en la primera fase de la vacunación, que se puso en marcha desde el pasado miércoles.
EL HERALDO conversó con cuatro trabajadores de la salud de distintos centros asistenciales del departamento, quienes han recibido con esperanza la aplicación de la primera dosis.
Para ellos, esta vacuna se convierte en sinónimo de esperanza en medio de la interminable guerra contra un enemigo invisible que ha apagado la vida de miles de personas en el mundo.