Pronto será posible que los habitantes de Barranquilla o cualquier visitante haga un plan que hasta hace pocos años parecía imposible: recorrer la ciénaga de Mallorquín y el ecoparque turístico de 800 hectáreas del cual hará parte.
Contará con un kilómetro y medio de senderos peatonales y bicirrutas; un área deportiva para la práctica de vela y remo, al igual que un espacio diseñado para la contemplación de los paisajes, entre otras novedades.
Se estima que este megaproyecto, en el cual la administración distrital tiene puestas grandes esperanzas, entre en operación durante el primer trimestre del año 2023.
Pero este ecoparque, es apenas una muestra de lo orientada que está la Región Caribe para hacer una diversificación masiva del turismo.
El encanto de Usiacurí
Usiacurí desde lo alto es apreciado como un gigantesco mural a cielo abierto y es hoy uno de los grandes encantos del Atlántico. En el proceso de cambio han resultado determinantes las voluntades de la Gobernación, el sector privado y los habitantes del municipio.
Carlos Rodríguez, artista conocido como ‘Ospen’, llegó desde Bogotá a Usiacurí el año anterior para orientar la intervención en techos, que sirven para exponer 10 clases de aves endémicas de la reserva natural, con un alcance final de 16 mil metros cuadrados.
'Decidí pintar pájaros porque cuando vine la primera vez me llevaron a la reserva natural, donde están las aves más representativas, me pasaron varios libros, hablé con personas que saben de fauna y flora de la región y me fui guiando por las aves que tienen colores fuertes. De ahí partió el concepto de los murales', explicó el autor.
Ya no solo es la visita obligada a la Casa
Museo del poeta Julio Flórez, donde vivió sus últimos años y falleció. Ir hasta el municipio implica contemplar flores, fascinarse con murales, fascinarse de cerca con el trabajo de los artesanos, descubrir aguas termales y conocer sabores autóctonos en su gastronomía.
Todos sus encantos le permitieron a Usiacurí ser reconocido como Destino Sostenible por parte del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo.
En los Montes de María
En Bolívar surgen varias opciones para hacer un turismo más allá de Cartagena. Gremios, autoridades regionales y comunidad, han hecho que los parajes antes vetados por razones de seguridad, hoy se conviertan en una fuente de subsistencia de muchas personas que le están apostando al ecoturismo como una opción viable.
Los Montes de María, desde Turbaco hasta El Carmen de Bolívar, se constituyen en un corredor donde la naturaleza es la reina y a donde es sencillo llegar desde Cartagena o cualquier otro punto del Caribe.
Se destacan tres zonas: el Santuario de Fauna y Flora de Los Colorados, ubicado en San Juan Nepomuceno; el Jardín Botánico Guillermo Piñeres, localizado en Turbaco; y la Hacienda el Ceibal que se encuentra en Santa Catalina (norte de Bolívar). Son lugares ideales para el avistamiento de aves y senderismo.
El Cabo de la Vela
La Guajira tiene encantos singulares. En el punto más norteño de Suramérica, se encuentra ubicado El Cabo de la Vela, un territorio desértico de enorme belleza bañado por las aguas del mar Caribe, que sirve de asentamiento a la comunidad indígena wayuu.
Es un territorio virgen que se ha resistido a las posibles consecuencias negativas que pudiera tener un desarrollo turístico masivo. Las playas de aguas diáfanas contrastan con las dunas del desierto y el territorio árido y hostil que hay en su alrededor.
El lugar ofrece experiencias inolvidables y más allá del relieve, resulta sencillo llegar. Lo recomendable es organizar la expedición con un operador turístico saliendo desde Riohacha.
El inigualable Tayrona
Son 12.000 hectáreas terrestres y 3.000 marinas, las que conforman el Parque Tayrona. Allí habitan cientos de especies animales que se mueven libremente. Se encuentra en la parte norte y baja de la Sierra Nevada de Santa Marta, la cual está conformada por bosques húmedos y secos de colinas bajas, acantilados y un amplio número de playas.
El lugar no es habitado por ninguna de las cuatro etnias que de la Sierra Nevada (koguis, arhuacos, wiwas y kankuamos), las cuales se mantienen en lo alto del complejo montañoso.
Son parte del Tayrona lugares sagrados donde por mucho tiempo los pueblos indígenas han practicados sus ritos y ceremonias, los cuales son respetados como patrimonios culturales de la humanidad.
Existen muchas maneras de recorrer y disfrutar el parque. Desde deleitarse con sus playas saliendo temprano desde Santa Marta para retornar al final de la tarde, hasta acampar o permanecer días en las cabañas de zonas ecoturísticas.
El majestuoso Sinú
Córdoba es considerado como el departamento verde del Caribe, por su exuberante flora, sus árboles centenarios, el canto de sus aves, y además, por el imponente Río Sinú, principal arteria fluvial de toda la zona sur de la Región Caribe, en torno al cual se levanta Montería, su capital.
A orillas del cuerpo fluvial está el Ecoparque Ronda del Sinú, desde donde se puede llegar hasta el Zooparque
Los Caimanes, en el cercano municipio de Buenavista.
A lo largo del departamento hay muchos otros lugares paradisíacos para hacer ecoturismo. La Ciénaga de Ayapel (a tres horas de Montería) o el municipio de San Bernardo del Viento, a orillas del Mar Caribe, que ofrece interactuar de lleno con la naturaleza y la paz que priman en su ambiente.
El esplendor de Sucre
La reserva natural Sanguaré es un área protegida de carácter privado, perteneciente al sistema nacional de áreas protegidas dedicada al turismo sostenible. Allí se dedican muchas personas a la investigación científica, recuperación de ecosistemas degradados, trabajo con las comunidades, educación ambiental, ganadería sostenible y al aprovechamiento del recurso forestal no maderable.
Está en la zona costera del municipio de San Onofre sobre el Golfo de Morrosquillo, rodeado de mar y muy cerca del Parque Nacional Natural Corales del Rosario y San Bernardo, el área de coral más extensa de Colombia.
A la reserva se puede llegar por tierra desde San Onofre, entrando aproximadamente 20 kilómetros por la vía a El Rincón del Mar o desde Tolú, usando la vía marítima en un recorrido de 14 millas náuticas.
Cesar, tierra de vida
La Serranía del Perijá es un macizo montañoso que cuenta con una gran variedad de flora y fauna, que abarca 17 municipios desde Pailitas hasta Manaure, y comprende bosques húmedos o secos y páramos.
Luego de largos años de presencia de grupos armados ilegales en la zona, son muchos los campesinos que han retornado a su territorio y jóvenes que han redescubierto las bellezas de la Serranía. Son estos quienes han iniciado emprendimientos y proyectos de ecoturismo.
La Serranía del Perijá es una región montañosa con diversidad de culturas y costumbres. Es hábitat de muchas especies de fauna y flora.
Aprovechando esa riqueza natural, se ha fomentado la actividad de avistamiento de aves desde el año 2016 con proyectos como Ecojugando, una actividad ecologista que promueve el conocimiento de las aves, valores como la convivencia y la conservación de la naturaleza.




















