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Hace tiempo que Juego de Tronos dejó de ser una serie de televisión y se transformó en un fenómeno cultural. Un hito televisivo que, aún sin emitir su episodio final, ya ha dejado su huella en la historia de los medios audiovisuales. El pasado 14 de abril se estrenó a nivel mundial el primer episodio de su octava y última temporada. Millones de espectadores en todo el mundo presenciaron el inicio del final de esta serie basada en la saga de novelas Canción de hielo y fuego, del escritor norteamericano George R.R. Martin. Un relato épico que durante siete temporadas ha retratado la historia de un puñado de familias poderosas que luchan despiadadamente por conquistar el Trono de Hierro y gobernar sobre los Siete Reinos.

Según las cifras oficiales de la cadena HBO, el estreno de esta última temporada fue visto por más de 17 millones de personas, contando solamente las plataformas oficiales del canal. Sin embargo, esta cifra podría quedarse corta si se tienen en cuenta las descargas por internet y los espacios de proyección pública como bares, restaurantes o salas de cine que proyectaron la premier en todo el mundo. Confirmando que esta serie es un fenómeno masivo con una audiencia que es, literalmente, incalculable. Así comenzó la última temporada que consta solo de seis episodios, cada uno de los cuales dará mucho de qué hablar durante las próximas semanas.


Los números del trono

Las cifras de la serie para esta última entrega son impresionantes. Cada capítulo tuvo un costo promedio de USD15 millones, superando con creces los 6 millones por episodio que tenía la temporada inicial. Al igual que las anteriores, la octava temporada fue rodada por dos grandes unidades de producción (Unidad lobo y Unidad dragón), que trabajaron en media docena de países, movilizando cada una centenares de personas entre actores, extras, técnicos constructores y personal de seguridad.

Uno de los momentos de esta temporada final que más genera expectativa es la que, desde ya, se conoce como la Batalla de Winterfell. Una descomunal secuencia de guerra que los creadores de la serie han anunciado como una de las más impresionantes en la historia de la televisión. El rodaje de esta batalla duró cerca de 11 semanas e incluyó a casi todos los personajes principales, se dice que en ella participaron unas 750 personas frente y detrás de la cámara. Esta gran batalla será el encuentro final entre un gran grupo de protagonistas que se enfrentan a los Caminantes Blancos, una amenaza fantasmal que planea arrasar con la vida de los Siete Reinos. No se trata solo de una espectacular secuencia épica, sino también de la conclusión de una trama que lleva casi 70 episodios en construcción.

El principio del fin

Algo que vale la pena destacar es que, a pesar de los altos presupuestos y las impresionantes cifras de producción, Juego de Tronos es, ante todo, una historia bien contada. Por lo tanto, son los personajes y sus historias los que han hecho que la audiencia se mantenga fiel y atenta a los ires y venires del relato. Precisamente, este primer capítulo le permitió a los espectadores recordar el lugar de cada personaje en la guerra que está por venir.

El primer episodio fue tildado por algunos críticos como «lento» o «aburrido», sin embargo, este inicio pausado representa solo la calma antes de la tormenta. No se puede iniciar una batalla sin disponer los ejércitos en el campo. Eso hizo esta primera entrega, se tomó el tiempo para ubicar todas las piezas en el tablero. El primero de apenas seis capítulos que componen esta última temporada nos dejó ver algunos encuentros emotivos e intensas revelaciones que pueden cambiar para siempre el rol de algunos de los personajes principales.

Lo que se avecina no es solo la Gran Guerra contra los Caminantes Blancos. También se conocerán las últimas jugadas de una larga batalla por el trono. No hay nada escrito y, como es común en la serie, reina la incertidumbre. Nadie tiene nada asegurado, ni siquiera la supervivencia. Todos los personajes están en riesgo y, seguramente, muchos caerán en la batalla. Jon, Daenerys, Cersei, Jaime, Tyrion, Ser Davos, Varys y los sobrevivientes del clan Stark son algunas de las piezas más importantes aún en el juego y el destino de todos ellos penderá de un hilo hasta el último minuto.

LARGA VIDA AL JUEGO

Aunque la serie llegue a su final en unas pocas semanas, el impacto de Juego de tronos en la industria audiovisual se podrá sentir por varios años. Al igual que Disney con la marca de Star Wars o WarnerMedia con Harry Potter, la cadena HBO parece haber encontrado una franquicia que explotar por mucho tiempo. Los libros de Martin tienen todavía una gran cantidad de historias y personajes que no se alcanzaron a explorar en la serie y se podrían convertir en una fuente de material para todo tipo de adaptaciones audiovisuales. Por supuesto, HBO es consciente de la situación y ya está preparando una precuela protagonizada por Naomi Watts y tiene otros cinco proyectos en desarrollo que están vinculados al universo de los Siete Reinos. Representantes de la cadena han manifestado incluso la posibilidad de desarrollar parques temáticos inspirados en la serie. Una jugada al mejor estilo de Disney, un líder de la industria de contenidos que ha demostrado que la rentabilidad de los productos audiovisuales no se encuentra solo en las pantallas, sino que debe trasladarse al terreno de las experiencias.

Por lo pronto quedan solo cinco episodios de esta saga épica. El próximo 19 de mayo se emitirá el capítulo final y los fanáticos sabrán finalmente quiénes sobrevivieron el juego de tronos y quién o quiénes regirán el destino de Westeros. Seguramente habrá sorpresas, muertes, traiciones y alianzas inesperadas. Al final, pase lo que pase, sin importar quién se siente en el Trono de Hierro, se cerrará un episodio en la historia de la televisión y comenzará un nuevo juego de poderes para ver quién va a ocupar el vacío que deja esta monumental serie en las pantallas de todo el mundo.