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Para Alberto Salcedo Ramos, la egolatría de Muhammad Ali se parece a alguna escena del Quijote, y la plasticidad de Sugar Ray Leonard a la cintura de la cantante y bailarina Janet Jackson. Los puños que desacomodan la quijada, los egos y la soledad del único deporte al que no le llaman «juego», es la cantera de grandes historias para este cronista barranquillero, cuya obra ha estado salpicada de la sangre y sudor que se dejan en el ring de boxeo.

El autor de Los golpes de la esperanza (1993) y El oro y la oscuridad: la vida gloriosa y trágica de Kid Pambelé (2005), compila en un libro sus más salvajes crónicas sobre pugilismo: la tragedia de Emile Griffith, un boxeador homosexual al que todos acompañaron cuando mató a golpes a un rival, pero que abandonaron cuando confesó ser gay; los muertos que carga Lupe Pintor y la vastedad de la egolatría de Mano e´ Piedra Durán, entre muchos otros relatos, se incluyen en Boxeando con mis sombras.

Hablamos con Salcedo Ramos, defensor de ese arte de ganarse la vida a puñetazos. En su libro ha sido muy claro: el boxeo le interesa menos como deporte que como fábrica de buenas historias.

Pregunta: El boxeo siempre ha atravesado su obra, pero es curioso que más que las historias que deja este deporte, parece que se inquietara por los fracasos y la soledad que deja el boxeo, ¿por qué?

Pregunta: Es muy diciente el apunte de Joyce Carol Oates cuando señala que el boxeo es el único deporte en el que no se utiliza el verbo «jugar», ¿qué tanto se parece el boxeo a la vida misma?

Pregunta: ¿Y en qué se parece el oficio del escritor con el del boxeador?

Pregunta: ¿Qué hay de especial en ellos, en los boxeadores, en comparación con otros deportistas o personajes públicos en general?

Pregunta: Se ha dicho mucho sobre la relación del boxeo, la pobreza y la raza. ¿Qué reflexiones hace usted de esa ‹conexión›?

Pregunta: Entiendo que usted no boxea, pero sí que aprendió de niño a resolver algunos problemas con unos cuantos puñetazos. ¿Todavía defiende eso de que «quien se prepara para pelear de vez en cuando no tiene que pasarse la vida peleando?».

Pregunta: Es cierto que en una velada boxística, sea una buena o mala, hay mucha riqueza cinematográfica, ¿qué escenas, qué momentos atesora del boxeo?

Pregunta: ¿Hay alguna historia que haya olfateado y no haya podido contar?, ¿por qué?

Pregunta: ¿Alguna historia que se le haya hecho difícil de escribir?

Pregunta: Si pudiera tener de frente a Mike Tyson, ¿qué le preguntaría o diría?