Si bien todo el año es la mejor época para no escatimar en precauciones para que los menores no sufran accidentes en casa, particularmente durante las vacaciones los riesgos se incrementan por cuenta de las celebraciones, los descuidos, la ingesta de alcohol, la pólvora y las compras de adornos y juguetes, entre otras acciones, que en muchos casos resultan inseguras para los menores.

Propiciar un ambiente adecuado para ellos no solo es una premisa que nos permite salvaguardar su integridad, sino que también les garantiza a los pequeños disfrutar de unos días de descanso felices dentro de sus hogares, que deben ser sinónimo de resguardo y tranquilidad, en lugar de peligro.

La ingesta de bebidas embriagantes, por ejemplo, suele ser una importante causa de accidentes en casa, pues el adulto pierde la facultad de atender al niño, que queda a la merced de sus propias acciones y no mide los riesgos a su alrededor. También porque queda expuesto a las demás personas que departen en el lugar, que en ocasiones buscan hacerle daño al menor.

En esos mismos espacios el adulto decide adquirir elementos como la pólvora, que incluso es comercializada de manera ilegal bajo el discurso de que puede ser manipulada por menores, pero lo cierto es que las cifras hablan por sí solas, y la cantidad de niños quemados que año a año reportan los departamentos –este 2022 van 19 en Atlántico–, debe ser más que una alerta para decir NO a estos elementos pirotécnicos en nuestros hogares.

No podemos pasar por alto que tan solo durante la noche de velitas fueron nueve las personas que resultaron quemadas en el departamento, una de ellas un joven de 16 años, según reportó a la fecha el Instituto Nacional de Salud.

De ninguna manera esto significa que debemos relajar la guardia, pues a nivel nacional el panorama es alarmante, durante los primeros 10 días de diciembre el INS reportó que ya van 241 quemados, de los cuales 92 de estos casos corresponden a menores de edad, 10 de estos que se estaban en compañía de un adulto bajo los efectos del alcohol.

De igual forma con todo lo que está en torno al fuego y a las conexiones de gas, como velitas, chimeneas o fogones. Esto porque la cocina, que tradicionalmente es un lugar de esparcimiento para las familias colombianas, puede representar un importante riesgo para los niños. Estufas, aceites, líquidos hirvientes y materiales inflamables pueden causar daños irreparables en cuestión de segundos, de la misma forma que envasar en botellas líquidos de aseo que los menores pueden confundir y beber.

Hace no menos de un mes, la familia Guzmán Serrano, en el barrio Santa María de Barranquilla, vivió el peor episodio de sus vidas cuando una fuga de gas desencadenó un estallido dentro de la vivienda, lo que cobró la vida del padre y dejó con serias heridas a dos niños de 9 y 14 años, así como a la madre. Una tragedia que sin duda enluta la Navidad de este hogar.

También juega un papel importante la preparación de alimentos, pues en las vacaciones, y puntualmente en la temporada decembrina, las personas suelen guardar en la nevera las llamadas “sobras” de la celebración anterior, y esto puede causar intoxicación o indigestión en los niños. Esto sin contar que hay alimentos que tienen un riesgo más alto de causar graves daños si no se ingieren en el momento indicado.

En esa misma línea se encuentran las luces de Navidad o aquellos adornos que conseguimos para la casa y que son bastante llamativos para los niños, pero que intrínsecamente están relacionados con la electricidad, pues deben conectarse a un tomacorrientes, por lo que los niños corren el riesgo de recibir una descarga al momento de manipularlos. En otros casos es por el tamaño de estos elementos, que por pequeños son llevados a la boca por los menores, causando ahogamiento, o por puntiagudos, lo cual les puede generar graves heridas.

Aunque parezca algo sencillo, a la hora de comprar los regalos de Navidad también es importante seguir a cabalidad las recomendaciones de edad que vienen impresas en las etiquetas de cada objeto, pues muchos veces no son tenidas en cuenta y se le brinda a niños pequeños juguetes que no son aptos para su edad y que pueden contener líquidos o elementos que representen un riesgo para ellos. Ya vendrá la etapa en la que puedan usarlos.

Por último y no menos importante, recordar que los niños siguen siendo niños, y aunque muchas familias tienen dificultades para cuidar a los menores en temporada de vacaciones, siempre es importante que estén al lado de sus padres o junto a un adulto responsable, pues dejarlos solos en casa es correr un riesgo demasiado alto que, probablemente, jamás se pueda reparar. Que los niños sean la prioridad.