Cien millones de puestos de trabajo del sector mundial del turismo y los viajes están hoy en riesgo por el coronavirus. Es una estimación del Consejo Mundial de Viajes y Turismo que además calcula las pérdidas en más de 2.700 millones de dólares y pronostica una muy lenta recuperación para esta industria por las restricciones de la vida social.

España, que ha protagonizado uno de los capítulos más dolorosos de la historia que la pandemia escribe a diario, pone la vara muy alta al anunciar que a partir del 1 de julio levantará la cuarentena de 14 días para turistas extranjeros que ingresen a su territorio. Se trata, sin duda, de un mensaje de confianza a los viajeros y una apuesta muy ambiciosa para acelerar la reactivación del sector duramente castigado por la crisis sanitaria.

En Colombia, la hotelería está prácticamente paralizada desde hace casi tres meses, según Cotelco, y en junio tampoco se reanudarán los vuelos nacionales e internacionales, las fronteras seguirán cerradas y se mantendrán las restricciones para el transporte intermunicipal. No hay viajes, no hay turismo y nadie llegará a los hoteles. Empieza a ser extremadamente dramática la situación que afrontan casi un millón de personas que viven de la hotelería y que hoy están desesperadas.

Un estudio de la Universidad Externado de Colombia, que cotejó información sobre las diferentes actividades turísticas, tipos de visitantes e industrias relacionadas, calcula las pérdidas en 20,1 billones de pesos, el 1,5 por ciento del PIB nacional para 2020, solo por concepto de turismo internacional y de 6.6 billones de pesos, el 0,5% del PIB de este año en el caso del turismo interno. Un golpe fortísimo para este sector que había alcanzado cifras récord en 2019 con un número de visitantes no residentes superior a los 4.5 millones, de los cuales 3.213.837 fueron extranjeros no residentes; 361.531, pasajeros en cruceros internacionales y 940.564, colombianos que viven por fuera del país. El crecimiento llegó al 2,7% comparado con 2018. Además, los hoteles registraron una ocupación de 57,8% y sus ingresos crecieron un 10.6%.

Hoy la meta de fortalecer la prestación de servicios turísticos responsables, sostenibles y de calidad en el país está en suspenso, así como los proyectos de infraestructura, competitividad y promoción desde las regiones, que esperaban poner en marcha nuevas experiencias turísticas atractivas para los visitantes internacionales. El sector hotelero y de turismo de Barranquilla lo está padeciendo. La ciudad se había preparado para un año estelar con grandes eventos como la Cumbre del BID en marzo, en la que se esperaban 5 mil visitantes, y las eliminatorias al Mundial.

El gerente General y Comercial del Hotel Barranquilla Plaza, Fabio Tarud, propone un ‘Plan Marshall’, estimado en 1.81 billones de pesos, para recuperar esta industria a nivel nacional, que contempla desembolsos de recursos para capital de trabajo mediante crédito directo del Gobierno nacional con intereses muertos los primeros 24 meses y plazos de 8 años, la suspensión del cobro de IVA e impoconsumo durante 2020 y 2021, la ampliación del porcentaje de auxilio para cada trabajador hotelero del 40% al 100% de su salario mínimo y el desmonte de la sobretasa de la energía a este sector.

El Gobierno aplazó las obligaciones parafiscales del primer semestre para el segundo y el pago del IVA y del impuesto de renta y complementarios de hoteles y otros prestadores de servicios turísticos y el ministro de Comercio, Industria y Turismo, José Manuel Restrepo, no descartó otras medidas de mitigación para hacerle frente a la profunda crisis de este sector, que aporta, cada año, 14 billones de pesos al PIB y genera impuestos por otros 3 billones.

El encadenamiento productivo del sector turismo, viajes y hoteles, que vincula a distintas actividades económicas, se estaba convirtiendo en el nuevo “Dorado” para Colombia, produciendo empleo de calidad, promoviendo desarrollo y oportunidades en los territorios y atrayendo inversión extranjera. No se puede correr el riesgo de que la falta de ayudas oportunas, y lo suficientemente robustas, ponga en jaque a este impulsor de la economía del país que contribuye con cerca del 2% al PIB nacional y que además, puede ser decisivo en su recuperación y en la retoma de la senda del crecimiento.