Triunfo luchado, sudado y trabajado. Parecía que se escapaban dos puntos más del ‘Metro’, pero a ocho minutos del final, cuando las fuerzas escaseaban, llegó un cabezazo incómodo de Carlos Bacca para generar la locura colectiva de los hinchas rojiblancos que se dieron cita ayer en el ‘Coloso de la Ciudadela’
No fue la mejor presentación, pero se ganó. El triunfo era necesario, llegara como llegara y costara lo que costara.
El ‘Tiburón’ hizo la tarea y se da un respiro ante un equipo como el Tolima que quizá mereció más, pero que vuelve a caer y ve acrecentada su crisis de resultados de la mano del técnico Hernán Torres.
Desde un principio el partido se puso cuesta arriba. Una gran acción individual de Lucumí derivó en la apertura del marcador. El volante vinotinto le dejó servido el gol a Junior Hernández, tras un enganche que engañó a todos dentro del área, y el extremo solo tuvo que empujar la pelota al fondo de la red, con el arquero Sebastián Viera vencido.
La lluvia caía y con ella los temores de los últimos juegos de local, donde los rojiblancos tropezaron ante Once Caldas, por Liga, y frente al Unión, por Copa.
Junior se veía bloqueado, sin ideas, sin ingenio. Viera se volvió figura ahogando el segundo grito de gol tolimense, que hubiese liquidado las acciones, porque los rojiblancos no hubiesen tenido fuerzas ni físicas ni mentales para reponerse.
El encuentro de a poco se fue equilibrando. Los ‘jugones’ de Junior empezaban a aparecer con algo de fuerza, impulsados por las ganas de Hinestroza, que era el que más intentaba, en la mayoría de acciones sin éxito alguno.
Precisamente fue el extremo quien, sobre el final, asiste a Sambueza, para que el argentino, que no venía jugando bien, se disfrazara de ‘9’. Gran acción individual pegado a la raya y mejor definición, a un ángulo imposible para el arquero William Cuesta.
La segunda parte mostró a un Junior lanzado por el triunfo, pero carente de ideas claras, de seguridad y de confianza en ese último toque de cara al gol.
Bacca deambulaba arriba sin suerte. ‘Cariaco’ y Sambueza no se encontraban. Hinestroza proponía, pero no le alcanzaba. Y los laterales aportaban poco, bloqueados por la buena labor destructiva del rival por las bandas.
Sobre el final, cuando ya no habían fuerzas, Junior se encontró el gol que salvó la ‘papeleta’. Cetré, uno de los que entró para darle dinámica y chispa a la ofensiva rojiblanca en la segunda parte, desbordó por un costado y metió un centro a media altura que se paseó por él área chica y terminó en la cabeza de Carlos Bacca, que solo tuvo que inflar la red.
El porteño, que no hacía un buen partido, termina dándole el triunfo y generando la locura colectiva de los presentes en el ‘Metro’, que cerraron los últimos minutos al ritmo de: '¡Goleadorrr, Goleadorrr, Carlos Bacca goleadorrr! ¡Goleadorrr, Goleadorrr, Carlos Bacca goleadorrr!'.
Se salva Junior, respira Juan Cruz Real y la afición, pese a ver un partido irregular, se va feliz del ‘Coloso de La Ciudadela’. Tres puntos claves al bolsillo y mucho por mejorar.