No fue un partido agradable para la retina del espectador, especialmente para ese de ojo sensible al buen fútbol.
Junior ilusionó a su afición con un arranque eléctrico, que generaba un buen augurio, pero todo fue una falsa ilusión. Con el paso de los minutos el ‘motor’ rojiblanco dejó de funcionar y las ‘luces’ se fueron apagando. Se pasó de un equipo alegre y dinámico a uno bloqueado, apagado y sin ideas.
Jarlan Barrera era el que mejor hacía las cosas. El creativo rojiblanco intentaba por todos los medios hace funcionar la maquinaria rojiblanca, pero no encontraban socios. Sus pases filtrados y bombeados, muchos ellos sutiles y con buena dirección, no encontraban un buen receptor y ahí morían todos los ataques rojiblancos.
En los primeros 45 minutos se vieron varias aproximaciones, pero pocas de ellas fueron claras.
Sobre el final, Avimeleth Rivas perdió los papeles y se dejó expulsar, luego de agredir a Jarlan. Todo parecía servido para que los Tiburones liquidaran las acciones en la segunda parte, con un jugador menos, pero no fue así. Las buenas intenciones de los rojiblancos chocaban con la férrea defensa escarlata.
América se encerró en su campo, no quiso saber nada del arco contrario y defendió el cero a muerte. Entre Carlos Bejarano y la defensa contuvieron todas las aproximaciones del ‘Tiburón’, que carecían de fuerza, claridad y consistencia.
Comesaña movió sus fichas, pero poco o nada le aportaron. Quizá un remate de Daniel Moreno, que ingresó en el ecuador de la segunda parte, hizo levantar a los aficionados de sus asientos, luego de que la pelota se estrellara rebeldemente en la base del vertical. Fue, quizá, lo más emocionante de un partido sin emociones y sin goles (0-0), en el que Junior no supo aprovechar el hombre de más que tuvo durante 45 minutos.
El ‘Tiburón’ aplaza la clasificación a cuartos.